jueves, 17 de abril de 2014

De Vinilos y Otras Glorias CMXCIV

Vamos a romper un poco los silencios que cuando no son queridos pueden llevarnos a lugares en los cuales los sonidos no están y en nuestro caso todo es Música y sonidos allá donde estemos.


The Lollipop Shoppe (Just Colour) 1968


No sé si lo he comentado alguna vez pero no soy mucho de "garage" aunque tengo mis excepciones con las que disfruto y mucho, todo sea dicho, pero eso de conocer a gente que sabe, se entusiasma y vive la Música a años luz de lo que yo pueda hacer (en lo de saber y vivir, el entusiasmo y la pasión ya va con cada uno) me ha ido introduciendo poco a poco en grupos y artistas que desde la perspectiva de esa Música maravillosamente desgarrada, casi sucia y visceral me llevan de la mano por caminos en los cuales disfruto y mucho de los sonidos.
"Just Colour" es el único disco del grupo americano The Lollipop Shoppe, un artefacto que descarga andanadas de ese Psycho garagero tan descomunal como atrayente por lo endiabladamente directa a las entrañas de su propuesta.
Guitarras asesinas por doquier, cuerdas de acero que parecen romperse con el trato que se le da y una sección que nos apabulla con su frenético vaivén desde las estrellas. Grabado con esa sensación de suciedad y dejadez que me encanta la voz de Fred Cole nos lleva hasta momentos de desarraigo emocional cuando sus chillos parecen convertirse en lamentos constantes y súplicas al infinito. Los coros la secundan en el mismo tono de solicitud de... lo que le venga en gana a quien escucha.
La guitarra solista de Ed Bowen no deja nada en pie cuando se vuelve furioso y deleita los sentidos con solos apabullantes que siempre parecen querer arrancar las cuerdas en un ir y venir salvaje, salvo excepciones en las cuales la calma va por delante ("Baby, Don't Go" o "It's Only A Reflection" son ejemplos de lo que decimos) Junto a Ron Buzzell se empeñan en riff que cortan a cuchillo y desgranan toda la furia que llevan dentro. La sección rítmica es salvaje hasta cuando no debe, especialmente el bajo de Bob Atkins que se pasa un pelo porque no para, tremendo, y el que se va o viene según le da es Tim Rockson que desde su batería marca los ritmos.
Doce canciones que dejan un gusto más que dulce al escucharlas, un disco lleno de intensidad y ganas que los músicos te transmiten desde esos sonidos tan directos al alma. "Underground Railroad" define el estilo oscuro y de garage del grupo, un tema donde todos se lanzan al vacío; cabalgadas rítmicas y llenas de poder como "Don't Look Back" son un soplo de aire fresco (cuidado con esa guitarra que corta) y el sentimiento de estar pero que muy bien cuando el disco se deja ir al final de la última nota. Desarraigo y tristeza en "Don't Close The Door On Me" ¡¡tremenda descarga de realidad!!

Side one:  You must be a witch;  Underground Railroad;  Baby, Don't Go;  Who'll Read The Will;  It's Only A Reflection
Side two:  Don't Look Back;  Don't Close The Door On Me;  It Ain't How Long;  It's Makin It;  I'm Gonna Be There;  You Don't Give Me No More;  Sin

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