martes, 8 de abril de 2014

De Vinilos y Otras Glorias CMLXXXVI

Desde algún lugar no pensado para la Música que nos ocupa, una formación que nos dejó un pequeño pedazo de carne trémula.


Zao (Shekina) 1975


Quizás haya discusiones sobre formaciones míticas del Prog. en algunos países ajenos a las Islas desde donde todo (o casi todo, obviamente) se hizo llegar, pero no creo que sean muchas las dudas cuando se habla del país pegado a los Pirineos en el cual la importancia del mito Magma superó las propias fronteras intelectuales de la época.
Es del cuerpo de este gigante del Prog. francés con la escisión del mismo de Yochko Seffer y François Cahen de donde surge el intento de expresar a través de las propias ideas de sus componentes la Música que no se podía desarrollar en el seno del mismo creándose Zao y su obra “Shekina”, una apasionante demostración musical que quizás no llegue en los sonidos con todo lo que el grupo pretendía a nivel de ideas, porque el álbum es un intento realizado “casi sí” de ópera magna al estilo de los grandes discursos musicales del Prog.
La parte en la cual creo que no llegan a todo lo que pretenden es aquella en la cual se acercan más al estilo del Prog. clásico inglés de deslices jazzy y abandonan su propia idea creativa a pesar de resolver problemas emocionales con un estilo que sorprende por la calidad y la originalidad del mismo. Sí que consiguen la combinación perfecta entre la educación musical clásica y europea de Cahen y la tradición popular de Seffer (Z=7L Osiris) llevando a cabo en la obra un estilo muy original que sigue un camino de búsqueda preciso y concreto con esos devaneos con el jazzy Rock instrumental en los cuales los miembros del grupo se manifiestan como los grandes músicos que son aportando unos arreglos orquestales magníficos y la parte cantada en la cual la ausencia de texto recuerda demasiado a Magma por el estilo vocal ajeno a las lenguas conocidas, un esfuerzo realmente brillante a través del instrumento más ancestral, las cuerdas vocales.
Tal como queda demostrado del propio nombre del grupo, sacado de los textos exotéricos de la Kabbala, la Música se transforma en un viaje fascinante hacia lo oscuro de nuestros sueños, misticismo, magia y presencia de “voces” alejadas de este mundo por encima de la propia esencia que nos llevan en brazos a través de la imaginación.
Un disco para sentirlo, degustarlo y encontrar el equilibrio entre mente y Música, siempre algo por descubrir para descubrirnos un poco más.
Yochko Seffer flauta. François Cahen teclados. Jean-My Truong batería.

Sonidos:  Joyl;  Yen-lang;  Zohar;  Metatron;  Zita;  Bakus

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