domingo, 9 de octubre de 2011

Luz En Las Manos


Hay momentos en los que uno desea que le rasguen el alma, y no tiene por qué ser con una palabra de tristeza, ni siquiera con un sentimiento demoledor.
Para mí la Música es sentimiento, y me provoca todas las emociones que mis entrañas pueden soportar, desde el mayor de los dolores hasta el orgasmo más sublime. Eso es lo que me pasa cuando tengo una losa sobre la cabeza, que la Música me viene, se adentra en mi cerebro y comienza a desmadejar todas las notas que pueden hacerme sentir.
No sé si tiene que ver con su propia vida, un tipo que amaba la Música y de entrada se encontró con el handicap de ser ciego, no lo tuvo fácil y sin embargo de él manaban los sonidos con una facilidad abrumadora, quizás por eso cuando necesito gritarle al viento, en según qué circunstancias me vienen temas arrasadores compuestos o interpretados por Jeff Healey.

Es ese sentimiento de no poder llegar, de no ver, como le ocurría a él en lo físico, lo que realmente te puede hacer atrapar eso que sabes que te hace bien, y de forma increíblemente precisa su "She The Light" me atraviesa los sentidos. Me envuelve esa guitarra brutal que él tocaba como nadie, fue como una iluminación cuando lo escuché por primera vez, allá por los 25, y aún me acompaña.
Me encanta sentir que puede romper las cuerdas en cualquier momento y enrollártela al cuello, para que las emociones te abrasen la garganta, aunque no salga ni una sola palabra de ella. Escucho esa melodía y mis pies patean el suelo, como él me patea el culo, porque es lo que tiene haber creado y ser bueno, muy bueno, que siempre queda algo, el viejo vinilo, la grabación pirata, el DVD donde se le ve lo que ni él mismo podía ver, y eso se lleva en el cerebro, ¡¡vaya si se lleva!! que se lo digan a mi cuerpo, que de pronto querría comerse el mundo.
Jeff Healey tenía eso, que le sentías más allá de sus emociones, y ahora que no está quizás lo siento más, porque vuelvo a recordar esos temazos inmensos que me acompañan, claro que si el día se pone serio me dejo atravesar por esa descomunal versión del "Blue Jean Blues" que hacía estremecerse a las estatuas de mármol; fue el primer tema de los ZZ Top que me volvió loco, tenía quince años y me llegó, pero es que lo de Jeff es alucinante, llevó más allá el sentido del tema, y como el día esté tonto... puede pasar cualquier cosa.

Por eso me viene su imagen, su manera de tocar, su guitarra incendiaria, sus movimientos de ciego con la cabeza echada hacia un lado cuando se atrevía a levantarse con la guitarra apoyada en las piernas, era único, y sus sonidos también, o como dice esa maravilla de Blues que tocaba, "Hell To Pay", y es así, te sientes mal, aplastado, no eres capaz de alzar la cabeza, ni ves por dónde hay que ir, pues ¡¡qué pague el infierno!! total si estás allí al menos la cerveza será gratis, ya se han cobrado tu alma, y la Música de Jeff debe gustar al mismísimo diablo, es tan apasionante que no puede ser de otra manera.
A veces creo que estos tipos que me hacen un poco más feliz con sus creaciones son eternos, y quizás sea así, no sólo por lo que han creado y puede sonar en cualquier momento, es por lo que dejan si se siente en el aire cuando se respira, como me pasa con este increíble guitarrista, que lo siento en el aire muchas veces, paseando sin rumbo fijo, mirando a las estrellas para ver si hay una señal, durmiendo sobre mis pesadillas arropado por una melodía, un Blues desgarrador, salvaje, lacerante, un Blues sacado de las entrañas de un blanco, de las manos de un tipo ciego que apabullaba a su guitarra sin piedad, a través de esas manos que tenían en sus dedos la luz que no llegaba a sus ojos, por donde veía la Música que creaba, una Música nacida de saberse a falta de... pero sobrado para lo que hacía, y eso es lo que me transmite cuando tengo uno de esos días, o una de esas fechas, o uno de esos periodos de "Caos Calmo" que me dejan fuera de este mundo, por eso la Música, de las manos y el alma de Jeff Healey me inunda, y así me va, que me convierto en un adicto. ¡¡¡Bendita Droga!!!

La silla sobre el escenario está vacía, Jeff no volverá a sentarse en ella, ni a tirarla cuando se levante furibundo para atacar un solo arrasador, su Música ya no es de este mundo, pero se percibe en los instantes en los cuales las sensaciones lo cubren todo, te atrapan, te envuelven y te hacen saber que todavía es posible.

2 comentarios:

  1. Una entrada realmente emocionante; es algo que no me extraña de quien viene, por esa forma de sentir la Música como su esencia misma pero, tampoco me extraña viendo a este genio, al que se lo has dedicado. La impresionante imagen de Jeff Healey, arrancando todos los sonidos de este mundo a esa guitarra, que simplemente parece dejarse hacer..
    Genial.
    Bss.

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  2. A mayor luz interior, menor oscuridad y Jeff Healey brillaba.No me extraña tu adicción.
    Besos.

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