sábado, 15 de octubre de 2011

Atanor


Aire.
Cabalgando sobre el lomo de las níveas cumbres.
Azotando con mano invisible las blancas laderas maternales.
Rugiendo luego amenazante por el valle de espacios abiertos.
Pequeños seres se esconden con miedo en su mirada.
Con frío eterno en sus pieles maceradas con lamentos.
Nunca supieron de la calidez de un beso.

Agua.
Océanos, lagos, ríos y manantiales oscuros
descubren el origen de la especie atemorizada.
Diminutos corazones bañados en soberbia.
Recelos de cuerpos extranjeros y hermanos pobres.
Hombres con las manos desnudas de humanidad.
Nunca supieron de la calidez de un beso.

Fuego.
Luz primera del ladrón olímpico.
Regalo divino con nefasta aplicación fraternal.
Clamores de corazones libres se interponen. Duros.
Sin esperar el conocimiento primero y esencial.
Luego, maldicen la hora de su muerte natural.
Nunca supieron de la calidez de un beso.

Tierra.
Tálamo nupcial de sus iguales libertos.
Corazón henchido de parajes como pintados.
Lecho donde los amantes yacen descubiertos.
Cáliz del viento, del agua, y del fuego, precipitados.
Temiendo siempre ser ellos los primeros.
Nunca supieron de la calidez de un beso.


Diego L. "Y Otros Poemas" Extracto.
(Reproducido con permiso de Vicky)

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