sábado, 26 de julio de 2014

De Vinilos y Otras Glorias MCXXIII

Un mito de la Música nos hace el honor de pasearse por nuestro espacio para que las emociones se disparen... y algo más.


Isaac Hayes (Hot Buttered Soul) 1969


Cuatro temas para 45'24'' es la presentación brutal de este "Hot Buttered Soul", la Música que llevaba en el alma y en la cabeza Isaac Hayes y que contra todos se propuso modelar a su manera. Y es que Hayes no entendía el Soul de otra forma, su manera de concebir los temas, fuesen suyos o ajenos (en el álbum hay uno propio y tres versiones de otros grandes de la Música) con esos arreglos tan formidables como elegantes y sublimes son el santo y seña de sus comienzos, una extraordinaria carrera que en los primeros años elevó a cotas inesperadas el sentimiento por el Soul y su significado como Música de una raza primero y universal después.
Como siempre los arreglos orquestales van por un lado y la banda al uso por otro uniéndose perfectamente en las melodías que este genio conseguía bajar hasta rozar la piel y sacar una sensualidad pocas veces vista. Evidentemente la calidez de la Música en los momentos de calma relajante van acompañados por la única y exclusiva voz de Hayes que es la erótica cantada, un susurro estremecedor que eriza la piel mientras todo a su alrededor va cayendo lleno de sonidos y emociones en forma de notas.
Una voz con la que juega a ser el maestro de ceremonias de un disco que vuelve a dar una vuelta de tuerca a todo lo conocido en la época; segundo trabajo, rompedor con unos cánones que no le iban, que saltándose las normas hace suyo ese estado de director de orquesta en el vinilo para provocar arreglos eternos en los temas en los cuales el lucimiento de los músicos (especialmente en este caso el piano y teclados del propio Hayes y la guitarra incendiaria de Michael Toles) son otra pieza en este puzle que una vez unido contiene una barbaridad musical que llega a lo más profundo.
Todo lo que se pueda expresar a través de la Música lo hace Hayes sin aparente esfuerzo, desde los ritmos machacones para danzar sobre ellos de "Hyperbolicsyllabicsesquedalymistic" a los cambios continuos con orquesta y grupo de "Walk On By" pasando ¡¡cómo no!! por el recitado sensual en clave de rap que da en "By The Time I Get To Phoenix" hasta esa delicia emocionante del "One Woman" de Bacharach.
Un disco para soñar, suspirar y llegar hasta lo más íntimo con un hombre que sabía entrar en los sentimientos como pocos.

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