sábado, 3 de diciembre de 2011

De Vinilos y Otras Glorias CCCVII

Bueno, pues si vamos a decidir ciertos movimientos en algunas direcciones, pasarán cosas como esta, y si hablamos de fibra, tocármela me la tocan cosas como esta...


Uriah Heep (Salisbury) 1970


Si hablamos de mitos, y en esa dirección estamos, pues llegamos a uno de esos que han escrito con nombres de leyenda la historia del Rock, especialmente ese Hard que tanto nos apasiona y que ha sido santo y seña de tantos años en mi manera de amar y entender la Música.
Uriah Heep traspasa lo meramente musical porque es una parte de la historia del rock, pero es evidente que a pesar de las décadas no se puede comparar el grupo que comenzó y que en los setenta hacía barbaridades con lo que más tarde fue. De esta primera época, para mí lo mejor de lo mejor, siempre me ha apasionado este disco que traigo a "Paseando Por Los Sueños", y no porque no pudiera hacerlo con otros cuatro o cinco de igual calibre, es que en este se aúnan una serie de canciones que para mí son parte de mi historia de adolescente, joven y adulto, y eso no lo puedo decir de cualquiera.
Aún sin el mítico quinteto que marcó época, el grupo era fascinante, con Ken Hensley en los teclados, guitarra y voces, uno de los más grandes creadores de piezas de museo de la historia del Hard, tremendo compositor e instrumentista, una maravilla para crear ese sonido típico del grupo.
David Byron como la voz de los Heep, un talento tan enorme como díscolo, el primer vocalista que me enamoró, me hizo escuchar la voz por encima de los instrumentos, una auténtica delicia, único, genial, realmente maravilloso. 
Mick Box en las guitarras y voces, quizás lo que siempre ha faltado para mí en el grupo, esa calidad de otros, pero en lo que hacía lo bordaba y desde luego se acoplaba perfectamente para no desentonar, y eso junto a sus habilidades con el wah-wah y los riff poderosos daba un toque exquisito.
La sección rítmica, que duró hasta este disco la formaban Paul Newton al bajo y voces, para mí bestial y buenísimo, y Keith Baker en la batería.
Seis canciones que son parte de la mitología del rock, porque juntas forman un monumento de disco que no tiene desperdicio, comenzando con esa poderosa y pesada descarga que es "Bird Of Prey", un tema que encarna el sentido del Hard en estado puro, algo bestial. "The Park" es una delicatessen de composición, con la voz de Byron estremecedora, un susurro que se te mete, los teclados llevándote, algo tremendo. "Time To live" es otra descarga de Música pesada que se te mete por los sentidos, para engarzar con una de las joyas de la corona, un tema tan mítico como único, la fascinante y maravillosa "Lady In Black", una exhibición de belleza que va llevando a quien la escucha a un viaje a través de las estrellas, acústicas, la voz excepcional, los coros mágicos, orquesta...
La cara B deja dos piezas tremendas, "High Priestess" para abrir boca y la que considero la mejor composición del grupo, un temazo en forma de suite de 16'22'' que es en sí mismo una obra, "Salisbury", una sinfonía de sonidos y complejos cambios más cerca del progresivo, una maravillosa composición para grupo y orquesta donde todos brillan, la mano de Kensley a la hora de crear, esos coros tan de los Heep, la voz de Byron, algo para embobarse y no dejar de disfrutar.
La portada, por una vez en sus comienzos, ajenos a Roger Dean, muy lograda por lo que significa, que no es poco.
"Salisbury" es una joya, una obra de arte, y si gusta la Música hay que escucharlo para saber qué fue de un grupo que ha sido, es y será un mito, pese a quien pese.


2 comentarios:

  1. Buena disculpa para volver a disfrutar de Uriah Heep, una exquisitez como esta apetece siempre, y como si fuera paladear un buen vino, saboreo el momento y me rindo al placer.
    Fantásticos. Besos.

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  2. No te rindas, disfruta y goza con lo que quieras de la mano de estas pequeñas piezas de museo. Besos, Jane

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