jueves, 11 de octubre de 2012

De Vinilos y Otras Glorias DLIX

Volvemos a la Música con la que nací, o mejor dicho, la que me hizo nacer para llevarme hasta donde quiera.


Cactus (Cactus) 1970


Abróchense los cinturones que vamos en caída libre y esto no tiene pinta de parar.
Una brutal patada en el culo para dejarte molido por el placer de escuchar una joya llamada "Cactus", eso es esta obra del más maravilloso Hard, una pedazo de muestra de talento de cuatro superdotados que juntos forman una máquina perfecta de sonidos, una tremenda andanada directa a los sentidos sin paso previo por las tripas, a las cuales las arrasa de una manera demoledora.
Contundente, directo, salvaje, maravillosamente técnico, visceral... todo esto y mucho más en los 39' minutos de exhibición a los mandos de una obra genial, genuina y sobre todo hecha con el corazón y las entrañas, por eso sale como sale y se absorbe de esa manera.
Cuatro tipos que por esos avatares de la vida y alguna que otra ayuda "divina" en forma de accidentes de los miembros previstos inicialmente se juntaron allá por el año 70 para demostrar al mundo que la Música es seda y arte da igual el estilo si se hace con clase y categoría.
Carmine Appice en la batería, brutal tremendo, preciso, técnico... ese músico que me eleva, una maravilla rítmica con el talento de un genio.
Tim Bogert se harta de dar lecciones manejando las cuatro cuerdas hasta metértelas en las amígdalas, un portento de base y ritmo.
Rusty Day destroza los tímpanos con esa maravillosa voz desgarrada, un aullido suplicante que es un lamento cuando ataca las notas, simplemente mágico, y con la armónica... pues eso.
Jim McCarty arrasando en las guitarras, sublime, arañando las entrañas, brutal en los solos y llevando ritmos endemoniados.
Juntos se convierten en una bomba de relojería que te estalla en los morros cada tema, cada sección, cada nota, ocho temas colosales que forman una obra magna, un discazo como la copa de un pino del mejor Rock, con arrebatadores toques de Blues como esa maravilla llamada "No Need To Worry", raíces envolviendo el universo.
Cabalgadas a golpe de furia, guitarras incendiarias y una base salvaje, como la demoledora "Oleo" donde Bogert se sale, o ese comienzo que te hace arder las tripas "Parchman Farm". La colosal versión del temazo de Willie Dixon "You Can't Judge A Book By The Cover" y ese momento íntimo que rompe con todo llamado "My lady From South Detroit"... y así hasta acabar con esa sensación de estar en las estrellas tras una sesión de buen Música, maravillosa diría yo.
"Cactus", una joya para despertarte sin avisos, a base de genialidad.

Side One:  Parchman Farm;  My lady From South Detroit; Bro. Bill;  You Can't Judge A Book By The Cover
Side Two:  Let me swin;  No Need To Worry;  Oleo;  Feel So Good


6 comentarios:

  1. Dejarse remover las entrañas por este derroche de irresistible Rock, es de un placer que se escribe con mayúsculas.
    Rompedor y maravilloso "No Need To Worry".
    Besos Agilulfo, besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A romperse, que siendo por la buena Música, no sólo no hay problema, sino que debe aprovecharse.
      Besos,

      Eliminar
  2. Desconozco si la música de Cactus es de partitura o si tocan de oído, pero te aseguro que a mí me han tocado la fibra.
    Con sólo siete notas mira lo que han conseguido.!Qué bárbaros!
    Por cierto... muy sugerente la carátula.
    !Cuidadín al sentarse!
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Poco a poco vamos entrando en esta música.
    Un discazo para escuchar y llenarse de energía, de ganas de salir a comerse el mundo o lo que nos dejen.
    JANE, tienez razón, genial ese "No need to worry". ¿Se me ha visto el plumero? Seguro que no.
    Hasta el próximo.
    Ciao

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que sí, querida, pero me encantan que los "plumeros" vayan por ahí.
      Graciias por apreciarlo en lo que vale, porque es una joya.
      Ciao

      Eliminar