Canned Heat

Cuando me encaminaba a la sala donde debía celebrarse el concierto de uno de esos grupos con los que has soñado, bebido, disfrutado y enamorado de una Música como el Blues, intenté que mi mente se quedara en blanco y me dejara hacer con la experiencia de verles. Aún así tuve que hacer esfuerzos para quitarme de mi cabeza los viejos clásicos de estos monstruos que durante dos décadas llenaron las carreteras de Blues y Boogie a borbotones, porque seguía deseando que lo que debiera venir, viniera sin ningún condicionante.

Una banda con los avatares que ha sufrido Canned Heat, entre muertos, desaparecidos en combate y... puede dar reparo verles tras más de cuarenta años pateando el mundo con su Música, pero era evidente que mi amor por la Música y sobre todo en este caso por su Música podría hacerme ir hasta donde la ofrecerían, el resto era cosa de ellos ¡¡¡y vaya si lo fue!!!

De entrada, que a las 20:00 fijadas para el comienzo, sin un minuto de retraso se presentaran allí, en el escenario, me pareció maravilloso, y comencé a pensar que podía haber magia en lo que estos tipos ofrecerían. Comenzar con el himno "On The Road Again" no hizo sino confirmarme lo que podía pasar, y tras una hora y treinta minutos de pura magia eso fue lo que ocurrió.

Fito de la Parra hizo de maestro de ceremonias, en castellano, con reseñas a parte de la historia del grupo, sus miembros y las décadas de carretera; me encantó conocer de primera mano, sin entrevistas y sobre el escenario el por qué de ciertas cosas, pequeños retazos de la vida de músicos que saben que van a vivir y morir en la carretera, supervivientes muchos de ellos y leyendas de los muertos ilustres del Rock, por eso escucharlo de Fito fue un lujo que agradecí.

El concierto fue un recorrido por todos los clásicos del grupo (maravilloso) una manera de demostrar que cuando se está sobrado los años son eso, los años, pero la clase y el estilo no se pierde, y estos tíos no lo van a perder jamás.

Con banda de cuatro, el ya mencionado Fito de la Parra se encargó de llevarnos a todos a ritmo de una batería precisa, perfecta, con cada nota sonando de una manera espectacular, eso que digo que parece que no está pero... lleva todo como quiere. Se encargó de parte de las voces solistas y ahí si se notó la falta de ese portento que era Bob "The Bear" Hite, esa voz que hacía suya las canciones más emblemáticas del grupo, pero salvo por eso, el resto fue Canned Heat con mayúsculas, una verdadera gozada. 

Dale Spalding es el miembro de la banda ajeno a la historia pura y dura de la misma, pero hay que reconocer que no tiene nada que aprender. Una armónica a la antigua usanza (eso es algo que me vuelve loco y este tipo casi me mata) otra voz solista de quilates y la guitarra rítmica y el bajo según qué y cómo... ¡¡¡fantástico!!! un músico total, absolutamente brillante.

Lo de Larry "The Mole" Taylor para que se lo miren los que se creen... pues eso. 70 añitos como si nada, una brutalidad de músico, excepcional con el bajo, cuatro cuerdas ardiendo entre sus manos, un solo desgarrador para decir aquello de "ahí queda eso" y encima la sorpresa agradable de la velada, una barbaridad a la guitarra en los Blues de tonos abiertos, la slide, o bottle, un toque rancio genuino, legendario... mágico. ¡¡¡Qué músico, dios, qué músico!!! una sensación de saber qué es lo que se debe hacer sin romper la capacidad de improvisación que era pura gloria.

Claro que aún faltaba ese monstruo de las seis cuerdas llamado Harvey "The Snake" Mandel, un genio con una guitarra en la mano. Simplemente seda, demencial, una de las mayores sensaciones que haya visto en directo, una guitarra sonando como esa es para sentirse transportado donde sea, porque si en los riff se salía lo de los solos era algo descomunal ¡¡¡vaya exhibición!!! un grande, genio, leyenda... todo en uno y delante de mí, ¡¡casi ná!! Como lo definió Fito cuando atacaban "Cristo Redentor", un temazo que casi me saca del asiento, "El maestro a la guitarra The Snake" pero es que los cuatro demostraron ser eso, unos maestros.

El concierto se me fue en un suspiro, con cada clásico me transportaba a demasiados sitios, con gente increíble que ya no está (como el recuerdo de Fito a los que ya no estaban de la banda) y a demasiadas jornadas de Música, Música y Música escuchando y disfrutando con esto que es la parte de mi alma que aún funciona. 

Cuatro músicos, cuatro leyendas que en conjunto sonaron como una pieza de precisión absoluta, los solos de despedida simplemente magistrales, descanso para los músicos mientras un compañero se hacía con el escenario para él solo (creía que Taylor se comía a los de la primera fila con su bajo) Fito se desmelenó en su solo y dio un recital de cómo hacer sonar cada nota en cada sitio cada momento, más clásicos con los comentarios de rigor, en ocasiones mucha ironía entre drogas, muertos y... pero eso son Canned Heat, la carretera y lo que han ido dejando para llegar rozando los setenta años a dar un concierto magistral en una sala absolutamente entregada a la magia de estos tipos.

No es que me guste la Música, la amo, pero cuando además alguien da lo que me dieron estos músicos sabiendo que todo está dicho, casi todo está hecho y queda poco por hacer, pienso que se puede dejar tranquilo de pensar en nada que no sean esos sonidos atravesándote el alma, desgarrándote las entrañas y que es lógico que las lágrimas afloraran a mis ojos con ese Boogie de quince minutos, esos clásicos que todos nos sabemos y esos cuerpos que ya no son lo que eran pero que saben hacer Música de donde otros ni siquiera ven una nota.

Canned Head dio una exhibición de Blues, Boogie y Música, y a mí me dieron un pedazo de alma para poder compensar la que se fue en esa sala con ellos, sus sonidos y lo que me hizo sentir... eso.