jueves, 27 de septiembre de 2012

De Vinilos y Otras Glorias DLI

Como no podemos quedarnos quietecitos, eso que tanto gusta a cierta gente que pretende ser lo que no puede, seguimos con esto y nos adentramos en un camino, digamos para transgredir las leyes físicas... o algo así.


Mike Bloomfield / Al Kooper / Steve Stills (Super Session) 1968


Cuando los genios se juntan, los egos se aparcan y el talento sobrepasa todo lo que debe ser, ocurren cosas como esta, y a fe que deberían ocurrir muchas más, porque se trata de pura magia y puro éxtasis.
Del iluminado cerebro de Al Kooper salió la idea de esta barbaridad que para el que suscribe es una joya con mayúsculas (otra más ¡¡y qué!!) de la Música, especialmente del Blues y de cualquiera que tenga un poco de sensibilidad para apreciarlo.
Colaborador habitual de Mike Bloomfield, ese genio de las seis cuerdas que estuvo por encima de las estrellas demasiado tiempo y amigo de un tipo que me ha encantado siempre y que me parece demasiado poco idolatrado por mor de otros nombres relacionados con él, Steve Stills, creador inmenso, guitarrista excepcional, músico global, Al Kooper imaginó esta fantasía en clave de disco genial de la mano de los dos geniales guitarristas y de él mismo, creando una obra que es una barbaridad por encima de épocas, eras y años.
Nunca coincidieron en la grabación Bloomfield y Stills, por eso la cara A es del primero y la B del segundo, pero dejaron su huella en un disco que no tiene fisuras, con temas eternos creados por el dueto Kooper/Bloomfield y clásicos de toda la vida y una banda que les acompaña de nombres superlativos.
Una obra genial, donde el talento se desborda por todos lados, la sensación de simplicidad y a la vez grandiosidad lo envuelve todo, y en cada tema los músicos desarrollan todo su saber a modo de jams improvisadas que envuelven cada nota, cada instante, cada emoción que te llega desde lo más profundo.
Mike y Steve dan una lección magistral a las seis cuerdas, el uno con esa capacidad innata para transmitir todo lo que le llega desde la nada, el otro transcribiendo en dulzura los sonidos de las canciones, acompañados por esa exhibición constante de Kooper en los teclados, una tras otra, sin importarle qué maneja, si el piano, el "Hammond", los teclados... un genio libre en lo creativo y en lo interpretativo.
Junto a ellos Harvey Brooks al bajo y Eddie Hoh en la batería a la altura de las circunstancias, como soporte y solistas de una animalada que en sus más de 50' deja una obra impecable, perfecta, tremenda desde su propia idea de la imaginación por encima de lo marcado en un papel.
Un disco que lleva más allá la sensación de la Free Music, una manera de entender el universo musical única, y una manera de deleitar que abruma, porque esto es magia, seda, clase y sobre todo Música.

Side 1:  Albert's shuffle;  Stop;  Man's Temptation;  His holy modal majesty;  Really
Side 2:  It takes a lot to laugh, It takes a train to cry;  Season of the witch;  You don't love me;  Harvey's tune


2 comentarios:

  1. Que cuando escucho blues mi Alma me habla, no me cabe ninguna duda, porque es ahí donde se siente en profundidad la Música, el escalofrío repentino, esa emoción que resulta difícil de reprimir, como lo que me cuenta ahora, en este momento..
    Maravilloso.
    Un beso.

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    1. Genial, único y tres músicos en estado de gracia. ¡¡Sí Señor!!

      Besos,

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