martes, 31 de julio de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CDXC

Nos encanta ser de una manera para dejarnos embaucar por los sonidos, por eso intentamos no tener límites en lo que se nos ofrece, como esta pequeña delicia que se desliza por nuestros sueños.


Ibliss (Supernova) 1972


Cuando se habla de Música más que radical creada en Centro Europa allá por esos años en los que todo podía hacerse porque la libertad creativa existía de verdad, no se puede dejar pasar las sensaciones emanadas de grupos o solistas que aparecieron en Alemania para insuflar de ideas y espíritu el mundo de los sonidos. 
Bien es cierto que la guía de casi todas las cosas eran los aires que daban pie a realizar lo que fuera viniendo de las Islas, pero los músicos alemanes y los que tomaban este país como centro de sus actividades tenían un sello especial que les hacía únicos, y aunque la corriente del Krautrock abarca mucho y extenso, es cierto que todos marcaban a fuego su forma de entender la Música.
Dentro de esta corriente, y más concretamente en los límites de lo extremo, ideas políticas por medio, se encuentra Ibliss, un grupo de músicos excepcionales que nos presentan una obra para viajar en ese concepto de Música libre, absolutamente mental, con sonidos que haces tuyos o desechas por igual porque son tus emociones las que te llevan cuando los escuchas.
Un Rock espacial que linda por los espacios del Jazzy, vientos en los saxos y flautas absolutamente demoledores sin margen para la estructura de los temas, que aunque creados con una base solvente son casi la excusa para manejarnos por ese universo donde todo es posible, idas y venidas, guitarras distorsionadas o llenas de furia, bases rítmicas tremendas y voces al servicio de la nada más absoluta.
Se trata de un disco para saborear o intentarlo de nuevo si se tienen fuerzas, cuatro largas suites que no son sino el reflejo de lo que el grupo propone, con una primera cara que nos deja "Margah" (6'03'') y "Drops" (14'40'') una descomunal pieza donde los instrumentos se relevan sin pausa, algo tremendo.
Claro que la cara B no deja de ofrecer esa misma idea, con la maravillosa "High Life" (13'20'') de orgía sensorial y para terminar aires de otros mundos con la preciosa "Athir" (9'03'')
Es lo que hay y lo que se debe tomar, si no gusta o parece que se pierde, es una lástima, pero no llegará nunca, si engancha, los sonidos te llevan hasta donde quieren, y es una gozada poder viajar de esta manera.
Iblis son: Rainer Buechel, saxo y flautas
Wolfgang Buellmeyer, guitarra y percusión
Norbert Buellmeyer, bajo y percusión
Andreas Homann, batería y percusión
Basil Hammoudi, percusión, flauta y voz

No hay comentarios:

Publicar un comentario