martes, 17 de julio de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CDLXXVIII

Cuando se trata de soñar, la buena Música puede llevarte donde quieras, cuando se trata de traspasar la realidad, cierta Música parece hecha para viajar contigo.


Popol Vuh (In Den Gärten Pharaos) 1971


Uno de los mitos de esa vertiente tan especial del Krautrock, Rock Espacial por los cuatro costados creado y recreado para seducir en los sueños, enviarte a otra dimensión y transformar la realidad como tú quieras.
Hay muchos y buenos, en esto del Rock alemán de los sesenta y setenta afortunadamente abunda la calidad, pero la fidelidad de los seguidores de este grupo que recrea como pocos el sonido más allá de los propios sonidos, con ese toque tan teutón que les hace inconfundibles, es un hecho, y es que la Música de Popol Vuh tiene un sello personal e intransferible, venido de la mano de su creador y alma Florian Fricke, un pianista que quiso adentrarse en los sonidos de los sueños inspirado por los grandes grupos europeos de la época, especialmente ingleses, y que junto al ingeniero y técnico Frank Fiedler formaron Popol Vuh, nombre tomado de un manuscrito maya de la zona alta del imperio.
Este "In Den Gärten Pharaos" es su segundo elepé, tras un debut un año antes quizás experimentando más que haciendo se lanzaron a definir su estilo de una manera clara y contundente, atmósferas espaciales, teclados y ritmos que lo envuelven todo, venidos a veces de lejanas tierras o llevados a los confines del universo, todo como una sensación que se va desarrollando alrededor de las grandes suites que son en sí mismas pequeñas piezas que forman el disco como un todo.
El ya nombrado Fricke se encarga del piano, los sintetizadores, moog y órgano, con momentos excepcionales de ambientes abigarrados y otros de calma que te elevan hasta donde tu mente te deje.
Fiedler se encarga del moog, los sintetizadores y efectos electrónicos, compaginándose a la perfección con su compañero en las obras.
Holger Trülzsch se encarga de la percusión africana y turca, un sonido maravilloso que se contrapone a esos teclados espaciales, atrayendo la Música del grupo a lugares recónditos de nuestro planeta.
Dos temas componen el disco, uno por cara, donde se van desarrollando los sonidos ambientales mientras la percusión de Holger rompe los ritmos cuando entra, especialmente hermosa en la cara A y los 17'38'' de "In Den Gärten Pharaos", algo para perderse.
La cara B se guarda para la monumental "Vuh", una obra de 19'51'' que es casi el himno del propio grupo.
En un estilo muy concreto, un disco realmente para guardar, perderse con sus sonidos y apreciar los sueños pasando por tus manos, una Música donde la mente manda, dirige, impone, y eso me sublima.

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