lunes, 2 de julio de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CDLXIII

Traemos otro artista de los que me faltaban sabiendo cómo me ha apasionado una época de su vida musical, de modo que otro entuerto menos, y vamos sumando...


Chris De Burgh (Eastern Wind) 1980


Un icono en su tierra, Irlanda, este músico participó de lleno en la época dorada de la Música irlandesa (que según qué momentos sigue aún) con unos años simplemente maravillosos en los cuales dejó un puñado de obras magnas, tremendas, aunque para variar el éxito de ventas y público le llegara después.
Este álbum que traemos es el quinto de su discografía, para mí el cénit de lo que hizo, sin un sólo desperdicio en estas cinco obras que son cada una muestra de talento y clase. Me he decidido por este "Eastern Wind" por ser el disco con el cual descubrí al gran Chris de Burgh, más allá de temas de éxito y ventas millonarias, y porque lo descubrí de la mano de un ser especial que me llevó por los senderos de este irlandés sensible.
Una gozada de Música en clave de Rock, con esos toques tan de la tierra que los de esa parte del planeta dan a sus creaciones, una manera exquisita de componer, recrear y hacer que la sensibilidad en estado puro llene cada surco de los que forman el disco.
Quizás la madurez como compositor le llegó al final de la década, anteriormente hacía magia pura, pero este disco es algo especial. Su manera de ensamblar todos los instrumentos está un punto por encima de lo hecho hasta entonces, y su voz destaca sobremanera como un instrumento alrededor de la cual giran muchas cosas en el álbum.
Acompañado de unos músicos de sesión absolutamente solventes, el propio Chris de Burgh se encarga de la guitarra y por supuesto adorna todo con ese timbre melodioso y suave que embelesa. Como un juglar salido de las entrañas de tiempos remotos y acoplado al Rock, su voz se desliza por las estrofas, componiendo una guía que te va llevando desde la primera hasta la última de las diez canciones que componen esta preciosidad.
Un disco bellísimo, con temazos como el que da título al vinilo, una maravillosa sensación, excepcionales piezas musicalmente tremendas como "The Traveller"; una maravilla hipnótica en "Flying Home" o esa tremenda descarga que es "Wall Of Silence".
Un disco para disfrutar de Música en estado puro, de la mano de un artista especial en un instante de su carrera muy especial, una pequeña joya para saborear el gusto por lo bien hecho, lo que realmente se puede llamar Música, Magia, Seda.

Cara 1:  The traveller;  The record company bash;  Tonigh;  Wall of silence;  Flying home
Cara 2:  Shadows and lights;  Sailor;  Some things never change;  Tourist attraction;  Eastern Wind

1 comentario:

  1. Sólo con ver la portada del disco y leer por encima lo que comentas de él pensé que tenía muy buena pinta y no me equivoqué.
    El último calificativo que has usado "seda" es el que puede definir este disco y todo lo que encierra.
    Nice tu meet you, Chris.
    Un beso enorme.
    Hasta el próximo
    Ciao

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