martes, 24 de julio de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CDLXXXII

Volvemos a los orígenes, o al menos a los míos, que para eso estoy por aquí, y en estos orígenes, un grupo que me fascinó desde sus comienzos, y que nos visita de nuevo.


Manfred Mann's Earth Band (Nightingales & Bombers) 1975


Uno de los grupos que mejor ha sabido interpretar la Música de otros grandes artistas, al margen del sello personal e intransferible que han dado siempre a lo que han hecho, se nos presentan aquí con su sexto álbum, que si bien hubo dudas de como presentarlos allá por el "Solar Fire", con este "Nightingales & Bombers" no las he tenido porque fue el primer disco que conocí de MMEB, un momento que me abrió muchas puertas y que mentalmente me llevó muy lejos.
Inmensos intérpretes de Rock Sinfónico, encuadrados también en el Prog. y un poco en ese Rock desgarrado con los teclados marcando la pauta, el grupo es una ensoñación que recrea temas fantásticos con una cuidadísima producción y trabajo en estudio, aunque verles en directo es de traca.
En este año 75 se encontraban en plena forma, y quizás fue la época donde llegaron más alto, sabiendo que la trayectoria de más de tres décadas ha dejado momentos inolvidables, pero la banda era excepcional y el momento de forma sublime, y eso se nota.
Cuatro musicazos como la copa de un pino que no serán pósters ni portadas de revistas, pero que para sí quisieran su talento más de uno de los que sí ha llegado tan arriba, comenzando por el carismático y tremendo Manfred Mann, uno de los pocos teclistas que han hecho de sus instrumentos (piano, moog, sintetizadores, órgano...) solistas per sé, al margen de composiciones y bandas, un talento natural con capacidad creativa de muy alto nivel.
A la guitarra uno de esos héroes que siempre me emocionan, el gran Mick Rogers, fino, técnico, preciso, elegante... y además con una voz maravillosa que sugería lo que la Música arropaba, todo un crack.
La sección rítmica compuesta por otros dos portentos, el tremendo Chris Slade en la batería, un drummer puro, técnico, con una calidad inmensa, buscado por todos los grandes, y Colin Pattenden en el bajo, otro que entiende su instrumento como un solista más.
Estos cuatro tipos crearon un disco maravilloso donde aún las composiciones propias eran mayoría, un disco con ocho temazos en el cual las dos piezas ajenas al grupo son una demostración del talento del mismo arreglando y versioneando canciones de otros (especialmente aquellas en las cuales las letras eran mucho más que eso) como esa magistral interpretación del "Spirits In The Night" de The Boss y la demencial recreación de "Visionary Mountains", con los teclados arañando la nada.
Cabalgadas inmensas, ambientes espaciales, guitarras en los confines del universo y un conjunto de sonidos que te hacen suyo por la calidad de lo bien hecho ("Nightingales & Bombers" para derretirse)
No sé si su mejor disco, quizás sí la cumbre de su carrera, pero en un grupo como este eso queda muy alto, y disfrutarlo siempre merece la pena.
Cuando la sinfonía se hace Rock, o el Rock deviene en una sinfonía para los sentidos, siempre hay un espacio para MMEB y su magia. ¡¡¡Pruébalos!!!

Side One:  Spirits In The Night;  Countdown;  Time Is Right;  Crossface
Side Two:  Visionary Mountains;  Nightingales & Bombers;  Fat Nelly;  As Above, So Below

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