sábado, 14 de julio de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CDLXXV

Una nueva forma de entenderlo casi todo, con un artista genial que de vez en cuando daba vueltas de tuerca a lo que hacía, que era mucho, para llegar un poco más allá.


John Lee Hooker (Endless Boogie) 1971


Dentro de esa Música apasionante y que me lleva a cotas altísimas, esa que sale de las entrañas de la tierra y ha inspirado estilos y formas por cientos, el Blues, hay artistas que han marcado época y que son mitos de la cultura por este motivo.
Uno de los más grandes iconos es el gran John Lee Hooker, por el que siento auténtica debilidad, pero no sólo (que ya es mucho decir) por su talento y su impagable contribución a la historia de la Música, sino por el carácter innovador de las propuestas que de vez en cuando hacía, y que eran giros y contra giros dentro de un estilo que dominaba como nadie.
Que era un bluesmen puro no lo niego, pero que el mismo músico tentó otras formas y modos para hacer Música, queda claro en su carrera con monumentos como ese "Travellin'" o este grandioso "Endless Boogie". 
Puede parecer un disco de Blues eléctrico y ya está, pero sabiendo quien lo crea y el que firma las composiciones la cosa cambia y mucho, porque este pedazo músico se marca una revolución contando con músicos de Rock, Blues... para hacer una obra en planteamiento de jams salvajes y desatadas, algo nada habitual en su obra, y con 54 años se ve sonando como los auténticos y maravillosos grupos que habían importado a Europa esta gloriosa Música.
Exhibiciones tremendas de solistas excelsos, acompañando a un John Lee Hooker en estado de gracia que une a esa voz tan particular y emblemática la guitarra, tocada siempre en esos tonos graves que acrecientan la melancolía de los temas.
Junto al mago, otros que no han sido menos en la historia, Steve Miller, Jesse Davis, Mel Brown, Clif Coulter y Jerry Perez en las guitarras. Cliff Coulter y Mark Naftalin al piano. Gino Skaggs, Carl Radle en el bajo. Billy Ingram, Jim Gordon, Ken Swank y Reno Lanzara golpeando los tambores. Una maravillosa conjunción de genios para apoyar a un músico que de una u otra forma les influyó en su forma de entender la Música.
Siete temas forman este álbum donde los desarrollos instrumentales marcan la pauta, tremendos Blues sostenidos a galope como esta barbaridad llamada "Pots On, Gas On High" 11'20'' donde todos se turnan, piano desatado, guitarras en solos suaves, ritmo aguantando esa voz... Blues clásicos con esos golpes de guitarra arropados por el piano (joder con los pianos en este disco, es que se salen) como "(I Got) A Good 'Un", "Kick Hit 4 Hit Kix U", "I Don't Need No Steam Heat", "Sittin' In My Dark Room". 
Los maravillosos diálogos vocales de Hooker con esa banda detrás de él, en los 8'04'' de "We Might As Well Call It Through" (I Didn't Get Married To Your Two-Tining Mother)" una auténtica delicia.
El Boogie en estado puro con la burrada llamada "Endless Boogie. Parts 27 and 28", 8'46'' de desconcierto concertado, armónica salvaje a cargo de Dave Berger y la sección rítmica comiéndoselo todo ¡¡qué barbaridad!!
Un discazo como la copa de un pino para disfrutar de un artista maravilloso, genial y único, y de paso admirar un talento que no podía ser encasillado en... lo que algún que otro listillo quería.

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