sábado, 14 de julio de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CDLXXIV

Un espacio para los sueños, o que pretende serlo, no puede dejar de pasear por los lugares donde la Música no conoce límites, y allá vamos.


Dom (Edge Of Time) 1970


Como saben los que siguen este "Paseando Por Los Sueños" siento debilidad por ese estilo que se hizo a finales de los sesenta y la década de los setenta en el país de los teutones, casi todo envuelto en el sello del Krautrock, pero con unas variantes más que notables entre ellos, eso sí, con una marca de identidad propia dado por su forma de ser, pensar y recrear las ideas en forma de Música.
En el espectro más externo de la Música, esa que viaja a través de sonidos espaciales y se pierde en el universo de los sueños, se encuentra Dom y su única obra publicada, "Edge Of Time", un maravilloso momento de inspiración creativa que dio como resultado una obra mágica, simplemente evasiva en lo mental y muy completa en lo musical.
Con orígenes en los últimos sesenta, cuando dos de sus miembros, los Baksay escaparon de Hungría en busca de la tierra prometida a esa Alemania de libertades sociales y culturales, el disco llegó en el año setenta tras no pocos avatares, pero por fortuna llegó, y nos dejó una obra realmente sorprendente.
László V. Baksay en el bajo, letras y voces. Gábor V. Baksay  en la batería, percusión flauta y voces. Rainer Puzalowski con las guitarras, flauta y voces. Hans Georg Stopka en el órgano, guitarra y voz.
Cuatro músicos que juntos forman un conjunto sonoro que se comparó en estilo con esos primeros Pink Floyd donde todo era posible, viajeros del tiempo y el espacio, un sonido el de Dom encuadrado en ese movimiento de Música espacial, con toques acústicos y especialmente envueltos en las atmósferas que consiguen las distorsiones de guitarras y el órgano que se alza majestuoso en todo el disco. Un poco de acid-folk y ese toque de sensación alucinógena y meditativa para realmente hacernos viajar muy lejos...
Cuatro temas componen el álbum original, desarrollos musicales a modos de suites, dos en cada cara, abriendo el disco "Introitus" 8'51'' de guitarras acústicas, órgano y esa flauta que nos acaricia los sentidos adormeciendo el alma.
"Silence" y sus 8'47" cierran la cara, inspirada en los sonidos primarios (muy primarios, que por otra parte son maravillosos) de los primeros grupos espaciales míticos, es un auténtico viaje alucinante con el órgano cubriéndolo todo, esas voces que no se sabe qué dicen (si es que dicen algo) efectos electrónicos y acústicas.
La cara B nos deja otras dos piezas ensoñadoras, "Edge Of Time" y sus 9'03'', quizás el tema del álbum, cuya letra está escrita en la portada, un recorrido por el sonido más espacial y envolvente.
El disco se nos va con los 9'31'' de "Dream", que de nuevo nos embelesa y realmente hace soñar (en qué o como es cosa de cada uno)
Para no estar nunca en el lugar adecuado, ni en el momento que te indican, escucha este "Edge Of Time" y piérdete done tú quieras, eso es lo más importante. 

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