lunes, 25 de abril de 2011

Suonare, Suonare

La Música, ese regalo de dioses que cubre nuestras almas cuando dejamos hacer a las notas del pentagrama, no es solamente por lo que puede llegar, es por la sensibilidad de aquél que lo crea cuando piensa que hace lo que su corazón le dicta.
Esos creadores intemporales que riegan de sensaciones nuestras entrañas no pueden pasar desapercibidos cuando la  piel se te eriza y vuelas en el universo de los sonidos.
Música, magia, parte indivisible del ser humano, algo que cuando se provoca con calidad, sin esa basura que el habitante del planeta de las ensoñaciones a veces se preocupa de verter sin ningún pudor, se convierte en arte para deleite de los que amamos el placer sensorial.
Soy amante sin condiciones de la Música, de los músicos que a través de los años me han hecho vibrar y alcanzar la gloria del placer con mis sentidos, me entrego a ella cuando me abraza y acaricia resbalando por mi piel.
Décadas de delirio que han hecho viajar cuando mi alma no estaba conmigo, años y años disfrutando con todo lo que ellos me han dado, y lo que queda, por eso, de vez en cuando, quiero decir alto y claro lo que deseo sobre ella como esencia y los que la piensan como instrumentos… ¡¡¡Te Amo!!!

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