lunes, 25 de abril de 2011

Ambigüedades

Dicen que nosotras las mujeres somos difíciles, que no se nos puede entender sino es desde dentro de nosotras mismas, que cualquier tópico derramado es cierto porque luchamos para que no lo sea, en esa especie de engaño permanente en el cual vivimos.
Quizás tienen razón, especialmente ellos, que nos ven como el descanso de sus frustraciones, la parada en el camino del deseo, lo lejano que supone un trofeo cuando se posee, eso que “no se entiende” porque es demasiado complicado.
Hay veces que me gustaría ser cercana, dejarme hacer en cuerpo y mente para que se supieran mis necesidades, mis deseos, lo que realmente aprisiona mi alma, y no parecer una mujer fácil por el hecho de abrir mi corazón y mis sentimientos, pero me resulta un camino tortuoso que se me entienda si quiero ser una más, con ellos y con ellas, más allá de mi propio sexo.
No sé, realmente las cadenas son muchas, no nos han enseñado a decir lo que nos falta, sino lo que debe parecer, todo sin escribirse para que se intuyan las páginas en blanco, y me falta esa pluma que vaya dictando el guión de quién soy, sin el  invisible rostro de lo que, por ser mujer, ya consta en acta.
He conocido hombres que se acercan a nuestra sensibilidad no fingida, que buscan y necesitan mirarnos a los ojos sin velos de por medio, arriesgándose al desengaño de lo desconocido, enfrentándose al muro que levantamos por el miedo a ser “descubiertas”, y realmente es maravilloso sentir que te pueden ver, sentir, acercar a tus entrañas, donde los sentimientos son lo que son, sin la necesidad de otra alma femenina que diseccione tus deseos, porque a fin de cuentas, cuando dos mujeres desean lo mismo, podemos llegar a no respetar lo que al final es…
Seré una mujerzuela por desear no fingir, quizás se me grite desde los tópicos por parecer fácil y no hacerles sufrir cada caricia, cada beso, cada palabra de respeto y amabilidad, pero necesito sentir a los que sienten, y sólo podré conseguirlo si descubro quien soy a los ojos de los que realmente me intentan dar lo mismo e incluso más de lo que yo doy, mujeres u hombres, seres humanos, personas, a fin de cuentas.

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