lunes, 18 de abril de 2011

El Tiempo Se Agota

El lamento del viento atraviesa mis sentidos, recorre mis entrañas y me lleva hacia ti, sintiendo tus lágrimas pronunciando mi nombre, el mismo que hace tiempo no pudiste llevar en tus labios por miedo a todo lo que éramos, aquello que nos hacía diferentes y que sin embargo atenazaba tu corazón cuando buscaba una caricia, un beso a escondidas, una mano que recorriera mis ojos cerrados que no querían despertar del sentimiento de percibir el aroma de tu esencia cubriéndome. El tiempo no puede cerrar las heridas producidas por las palabras que hieren cuando tu alma se desmorona entre los brazos de quien prometió y rompió las ilusiones, por eso ahora, con la brisa acariciando mi rostro, ese lamento llega hasta mí como un quejido que se desvanece en el espacio, el lugar por el que he vagado sin encontrarme, sin saber el por qué del adiós que laceró mi alma. No estoy en el lugar adecuado, he huido de mis sueños, he preferido ser un anacoreta refugiado en la ilusión que me hizo ser alguien distinto, no puedo cambiar porque la parte de mi vida que dejé sobre la arena se la llevó la marea de la incomprensión humana, arrastrada por la corriente hacia ninguna parte mientras veía tu silueta alejarse de mí, una imagen que me tortura cuando pienso en tu cuerpo, tu aliento, tus palabras de amor, todo lo que quisiste y al final dejaste también para que el mar lo barriera.

A pesar de todo quisiera tumbarme a tu lado y sentir tu aliento cuando tu pecho respira tranquilo, pausado, con tu alma en calma y tu cuerpo adormecido. Rozar con mis palabras tu pelo y hacerte estremecer, mientras me escuchas en la lejanía, poseída por el sueño profundo de tus ilusiones, tomada de la mano de las fantasías que te hacen ser. Quisiera dibujar tu silueta desnuda sobre la arena de tu vientre, mientras recorro con mis sentidos las formas que se muestran ante mí, perfilando con mis palabras cada centímetro de las líneas que te hacen tuya, la imagen que llevo grabada en mi mente, el espacio que mi ser ha hecho suyo a través de ti. 
Robar tus labios para sentir tus palabras dentro de mis entrañas, que cada soplo de aire que exhales me llene y haga ser una parte más de tu propia esencia, respirando contigo cada instante de vida que nos lleva. Quisiera oler tus sensaciones, estremecerme con tus emociones, vibrar con lo que te hace gozar, volver a crear un cordón umbilical que nos una para compartir ese vientre que  palpita cuando crees en algo, vives por alguien, amaneces por ti misma. Moverme en tu mundo como parte de tus sueños, ser la imagen que te despierta cada mañana, alejando tus malos presagios y recibiendo al nuevo día, la ilusión de una jornada más siendo, de nuevo, uno en ambos.
Quisiera, quisiera, quisiera...

1 comentario:

  1. Es sencillamente maravilloso.
    Tanto dolor y tanta esperanza juntos, sentimientos tan dispares respirando el mismo aire y conviviendo en un mismo alma.
    El corazón se encoge con tus palabras.
    Lo he leído mientras escuchaba "Vivaldi" de Curved Air, una pieza que no entendí la primera vez que la escuché, pero que ahora me hace volar muy lejos y he llegado a esa playa donde la marea arrastró lo que encontró a su paso.
    Lo que tiene el mar es que lo que roba en una playa lo deposita en otra.
    Hasta la próxima.

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