jueves, 28 de febrero de 2013

De Vinilos y Otras Glorias DCLII

Claro que como vamos de arriba hacia arriba, quizás sea un poco atrevido lo que proponemos, pero es que somos así.


The Allman Brothers Band (Idlewild South) 1970


La segunda exhibición de The Allman Brothers Band es considerado por muchos, entre los que se encuentra uno que sabe mucho de esto, pero que mucho, mucho, el mejor disco de la mejor banda de Rock Sureño de la historia, y quizás no les falte razón a quienes reivindican esta declaración, aunque para el que suscribe los cuatro primeros discos del grupo son simplemente magia y a partir de ahí maravillosas sensaciones.
"Idlewild South" llega con la calma y la tranquilidad de haberse presentado en sociedad y llegar a lo más hondo de los que creían que algo nuevo era posible, y en esta entrega reafirman su calidad pero con una dosis de descaro que quizás faltaba en su primer trabajo.
Sigo echando en falta que el productor dejara hacer una obra de un millón de minutos para quienes eran capaces de tirarse en el escenario cinco horas tocando sin parar y dando muestras de su talento, porque los 30'48'' que dura el vinilo se lo comían ellos en un tema, pero al menos dejan muestra de quienes eran y lo que querían, algo que reventó en su siguiente joya.
Aún con todo el disco es una obra maestra, porque seguía marcando la pauta de lo que no existía y ellos hicieron, llevar el Blues y las raíces al Rock y unirlo con esa Música que terminó siendo el germen del Rock Sureño, algo que aún resuena en las entrañas de demasiada gente (incluido yo)
Un disco perfecto, un sonido impecable, una banda única y unos temas míticos por donde los pilles, ya sean los suyos o versiones como la desgarrada de ese eterno tema de Willie Dixon,  "Hoochie Coochie Man" que Berry Oakley eleva a mito en el único tema donde fue él y sólo él.
La banda original, un sueño para cualquier amante de los sonidos, con esas dos guitarras demenciales, mágicas, geniales, pura seda y algo más, el gran Duane Allman, que además tocaba el slide y el otro grande llamado Dickey Betts que además canta como quiere. Una de las más grandes voces de Blues blanco de la historia se encargaba de cantar y los teclados, Gregg Allman. La base rítmica histórica, mítica, sublime, con esos dos baterías que dan el toque preciso al sonido Allman llamados Butch Trucks y Jai Jaimoe Johanson y el bajo ya comentado a cargo de Berry Oakley.
Siete temazos entre los que se encuentran incunables de la historia ABB y por ende de la propia historia de la Música, en las cuales se demuestra el talento compositivo de Gregg y Dickey y la mítica mística que envolvía a la banda.
Un disco para soñar, creer en la Música hecha para saborear y entender el por qué de lo que décadas después es aún una manera de vivir, sentir y morir por los sonidos.
Chicas y chicos, niñas y niños, mujeres y hombres, damas y no tanto, caballeros y el resto... con ustedes The Allman Brothers Band.

Side One:  Revival;  Don't keep me wondering;  Midnight Rider;  In memory of Elizabeth Reed
Side Two:  Hoochie Coochie Man;  Please call home;  Leave my blues at home


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