miércoles, 6 de febrero de 2013

De Vinilos y Otras Glorias DCXXXVII

Seguimos con los iconos, al menos los que marcaron una época se quisiera o no decir que fuese así, y en este caso, la personalidad arrolladora de un músico irrepetible hizo girar todo, ¡y de qué manera!


Jethro Tull (Aqualung) 1971


Partiendo de la eterna discusión, si Jethro Tull es realmente no sólo un grupo de Prog. sino uno de los pilares del movimiento, o una banda ajena a todo ello, en mi caso no tengo dificultad para defender la Música del combo como una evolución del Blues Rock con el cual empezaron, ese Folk tan particular que las interpretaciones de Anderson conseguían y un desliz por el Hard más poderoso cuando se lo proponían.
Si en muchos casos la creatividad de obras como la que nos ocupa llevaban el sello del Prog. más puro, creo que es indiscutible que durante media década gloriosa Jethro Tull fue un exponente excelso de esta Música, y sus álbumes realmente una guía en muchos casos.
Aún así la salvaje andanada de sus primeros años me apasiona, me vuelve loco, y aunque más dulcificados en ciertos aspectos, la calidad de su "Aqualung" siempre me ha emocionado.
Un disco que aunque no lo parezca a simple vista no es la obra conceptual que siempre se ha creído, extremo este negado por el propio Anderson, sino un grupo de canciones que giran más o menos sobre la misma idea, la iglesia y Dios, en relación o no tanto. Una obra transgresora en sus letras y altamente criticada por la moralina de la época, que reúne uno de los primeros momentos de refinado estilismo de la banda.
Folk Rock del más alto nivel, perfectamente compensados los temas acústicos con los eléctricos, todos ellos vistos desde los ojos de un vagabundo que nos cuenta su historia sobre la religión organizada y lo que conlleva, un sinfín de giros que dejan hueco para lo clásico y lo explosivo de la mano de unas composiciones originales y maravillosas.
El quinteto más famoso de lo que fue el grupo, con Ian Anderson erigiéndose como maestro de ceremonias, esa voz única, casi de trovador moderno que junto a su flauta confieren el sonido puro y duro de Jethro Tull, ayudado por la acústica que suena a delicado susurro de cuerdas.
Martin Barre, fiel escudero durante décadas ataca las seis cuerdas con fiereza y precisión, en solos preciosos y riff cortantes.
John Evans a los teclados, piano y órgano salvajes y clásicos por igual.
Jeffrey Hammond-Hammond al bajo y la contundencia de Clive Bunker a la batería otorgan al grupo el compacto mecanismo de precisión con el que suenan.
El disco es maravilloso, el grupo en su máximo apogeo labrándose un nombre como mito, canciones eléctricas como la brutal "Locomotive Breath", clásicas y hard, folk de calidad "Up To Me", la otra obra que indica cómo va el disco "My God" y ese temazo que reúne todo en uno, "Aqualung", una obra de orfebrería dentro de la obra.
Un disco especial, para conocer a un grupo que lo fue y mucho, una obra hecha con los sentidos y que traspasa el vinilo para contar historias realmente bellas.
La portada, otro de los iconos del Prog. y la Música, resume el sentimiento de un creador inmenso en su mejor momento.

Aqualung:  Aqualung;  Cross eyed Mary;  Cheap day return;  Mother goose;  Wondring aloud;  Up to me.
My God:  My God;  Hymn 43;  Slipstream;  Locomotive Breath; Wind-Up


No hay comentarios:

Publicar un comentario