sábado, 7 de septiembre de 2019

De Vinilos y Otras Glorias MMCLXVI

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


The Butterfield Blues Band (In My Own Dream) 1968


Mira que no me gustan mucho los vientos según qué estilos, pero la caricia de esos vientos sobre la piel en la entrada del disco "Last Hope's Gone" no puedo dejarla de lado, porque simplemente me estremece.
Un disco más (por decirlo de alguna manera que nunca está bien dicho) de la etapa gloriosa de The Butterfield Blues Band, una tremenda exhibición (otra más, ya que nos ponemos quisqillosos) de Blues de calidad, de Música removiendo las entrañas de uno de los estilos que más han influido en el resto de los sonidos del siglo XX y lo que nos queda de este XXI, y además, un disco en la línea de lo que el Blues de calidad puede dar, y la verdad es que es mucho y bueno.
Adiós a algunos miembros históricos y bienvenida a otros que conforman una banda de muchísima calidad, con el propio Paul Butterfield al mando de las operaciones con su armónica, un quejido capaz de sobrevolar a otros instrumentos que en la práctica son más solistas, pero que siempre se distingue por esas arrancadas de furia desde la garganta, como debe ser.
Al margen de ese maravilloso daño emocional que quema y agrada por igual, la banda sigue siendo un reloj de precisión, llevando el Blues y el R 'N' Blues donde muy pocos han entendido a lo largo de la historia, desgranando notas poderosas desde la guitarra del gran Elvin Bishop, con una sección rítmica que te agarra y te "arrastra" por donde quiere y la ya mencionada sección de viento que no deja títere con cabeza cuando aúlla entre espasmos y cabalgadas.
Hay veces que ciertos detalles me dicen mucho de lo que tengo entre manos a la hora de escuchar un disco, y la foto interior con la banda casi oculta entre las sombras de un tono sepia, me encanta por esa falta de protagonismo más allá de lo que es querer darse a conocer y dejar paso a lo que realmente importa, la Música y lo que significa.
Quizás los clásicos que se atreven a versionear (maravillosamente bien, por cierto) les dejan en un lugar más alto que lo que ellos mismos quieren proponer, como esa burrada llamada "Just To Be With You", pero es cierto que los temas firmados por la banda llevan el sello indeleble de quienes aman una Música eterna, y ninguno, realmente ninguno, desmerece de cualquier barbaridad escrita desde lo más profundo del alma.
Un disco para saborear lo añejo, lo puro, lo que nunca muere, el Blues y todo lo que puede provocar.
Paul Butterfield leade, armónica y algunas veces (pocas) guitarra. Elvin Bishop guitarra. Naffy Markham teclados. Bugsy Maugh bajo. Philipp Wilson batería y percusión. Gene Dinwiddle saxo, flauta, mandolina.  Dave Sanborn saxos. Keith Johnson trompeta y piano.

SIDE ONE:  Last Hope's gone;  Mine to love;  Get Yourself together;  Just To Be With You
SIDE TWO:  Morning blues;  Drunk again;  In My Own Dream





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