sábado, 4 de enero de 2014

Leyendas Urbanas...


Me encontré un perro de dos cabezas y supe que no era mi noche. No había Luna y la oscuridad cubría todo mi ser, ayudado por ese toque demoníaco que me había dejado la sangrienta melodía que aún resonaba en mi cerebro.

Trabajé con un Zombie hasta altas horas de la noche y ahora no podía discernir entre la realidad o el viaje que mis sueños me proponían, aunque quizás ese señor que de vez en cuando me asalta en pesadillas con nombre de noble de épocas pasadas tuviera algo que ver, Mr. Luc I Fer, rememorando las vigilias pasadas al amparo de una Música tan poco idílica como deseada, cuando los vampiros sobrevolaban el cielo negro de la noche y las caras blancas de los que eran degustados por sus deseos se convertían en criaturas incendiadas por el fuego de los demonios.

Melodías excelsas llegadas del más allá para arrancar las conciencias de los que aún creen en lo imposible.

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