sábado, 28 de diciembre de 2013

De Vinilos y Otras Glorias DCCCXCVI

Una delicia (otra más dirán algunos, pocas son para lo que yo desearía, dicen mis entrañas) para que nos empapemos un poco más de toda esta magia que nos lleva.


Heron (Heron) 1970


Tras escuchar este disco de "Heron", su presentación en sociedad de una manera abrumadora, sabes que hay lugares donde nadie puede alcanzarte, esos rincones del alma en los cuales estás tú con las emociones que te provoca algo tan mágico como intangible llamado Música.
Heron son un mito por derecho propio dentro del Folk Psycho de los setenta y de la Música que se considera eterna en cualquier década donde te pongas, pero además ésta su primera obra es una delicatessen de tal calibre que me atrevería a decir que es una obra maestra sin más que añadir, o mejor añado que es una joya y aún así puede que con esto no exprese lo que realmente me hace sentir.
Es maravilloso sentir la Música que surge de los surcos de este disco, una avalancha de sensibilidad en estado puro que te arrastra hasta lo más profundo de tus sueños, maravillosas guitarras acústicas acariciándote los sentidos cuando las cuerdas son rozadas por los dedos de los músico, una delicia comprobar cómo ese acero se puede moldear hasta parecer seda pura.
Lo de los caros y las voces es para darle un apartado al margen de la propia obra, simplemente genial, unas gargantas privilegiadas al servicio de la sensibilidad extrema, una caricia en cada palabra, un susurro con cada estrofa y la sensación de estar delante del grupo y parecer que todo te lo están haciendo para tu disfrute, porque se envuelve de tal manera en los sentidos que sólo estás tú y lo que te llega ¡¡Maravilloso, rediéz!!
Añadir más puede resultar difícil cuando la perfección se desliza con cada nota, pero los arreglos de piano dan otra vuelta de tuerca para que nada escape, el órgano hace que el ambiente se expanda o que todo el entorno se convierta en una escalera hacia el infinito y la mandolina o la armónica ponen el lazo para el regalo perfecto.
No hay tema que no se entrelace con el anterior y el siguiente, todo sigue un ritmo con esa suavidad y dulzura que atesora el conjunto que es como un collar enlazado al cuello en un continuo lazo que no se desprende por ningún lugar, algo sublime.
Un disco para saborear cuando el alma descansa, está en disposición de hacernos sentir como somos o simplemente dejemos ir nuestra mente hacia donde nadie, absolutamente nadie que no queramos pueda alcanzarnos, porque allí estaremos con Heron y su Música. ¡¡¡Que la Disfrutes!!! los paladares exquisitos nunca se cansan de estos manjares.
Roy Apps guitarra, piano y voz. Tony Pook voz. Gerald T. Moore guitarra, mandolina, armónica, piano y voz. Stephen Jones piano, órgano, acordeón y voz.

Side 1:  Yellow roses;  Car Crash;  Harlequin 2;  Smiling ladies;  Little boy;  Sally Goodin;  Upon Reflection
Side 2:  Lord & Master;  Little Angel;  Goodbye;  For You;  Sally Goodin;  Carnival & Penitence

La reedición tiene un 7'' y cuatro temas más, el disco que me hace soñar no (pero no me molesta en absoluto)


2 comentarios:

  1. "Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo" dijo Arquímedes. Y yo me pregunto si en lugar de una palanca se estaría refiriendo a la Música, porque no deja de ser curioso la cantidad de mundos interiores que ella sola consigue remover.
    Ahora mismo escuchando esta delicadeza de Heron, me remonto a los 70 cuando en mi mundo de colores yo estaba a años luz de cruzarme con algo parecido y sin embargo transcurridas unas cuantas décadas me das la oportunidad de conocer lo que en aquel entonces se estaba cocinando y de lo que seguramente nunca hubiera oído hablar si no fuera por este Paseo. Por eso ahora con la madurez por montera siento como el empuje de esa palanca llamada Música, hace que mi mundo no sólo se mueva sino que también gire.
    Un Beso..... pero fuerte fuerte.
    Felices sueños.

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    1. Ante la belleza de tus palabras, nada que añadir. Gracias por sentirlo.
      Besos

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