jueves, 23 de agosto de 2012

De Vinilos y Otras Glorias DXVI

Como me gusta mucho, me voy a dar un paso por esa Música que me hace evadirme de todo lo que no sea mi mente, y eso es tan necesario...


Clear Blue Sky (Clear Blue Sky) 1970


Un ejemplo de banda Power Trío, que en la senda del Prog. más poderoso se movían a las mil maravillas en la línea de esos grupos que en los primeros setenta y finales de los sesenta descubrían sonidos que eran ataques maravillosos a los sentidos, brutales andanadas más allá de la pura fuerza.
La mente preclara y lúcida de John Simms creó el grupo, sus temas y lo que provocó, este álbum que fue el principio y el final, porque los intentos veinte años después no me dicen nada, un auténtico lujo de la Música progresiva con destellos de clase que se transforman en arrobas a lo largo de los cuarenta minutos que nos regalan de dinamita a punto de estallar.
Un trío de jóvenes talentos que realiza una de las mejores propuestas del Hard Prog inglés. Una Música dominada por la increíble y sorprendente técnica guitarrística de John Simms y que en su primera cara es una declaración de intenciones, un sólo tema que dividen en tres partes, "Journey To The Inside Of The Sun" 18'32'' de cambios continuos bajo la marca de la guitarra de Simms, que aborda cada riff como una sucesión de desgarros sin pausa, y en los solos se eterniza llevando al límite todo lo que tiene, y es mucho. Un temazo con cambios, rupturas y ritmos entrecortados que se alternan, aperturas melódicas, divagaciones psicodélicas, efectos de guitarra tremendamente llevados.
La segunda cara contiene cuatro temas que van desde la brutal exhibición Prog. de "Mistify", 7'45'' de gloria hasta la cuasi balada "My Heaven" que se desarrolla entre arpegios acústicos y  solos de guitarra, pasando por el final exhuberante con flauta y armonías de "Birdcatcher", un tema que parece ajeno al resto de la obra. "Tool Of My Trade" completa esta obra magna del Hard Prog con una calidad que para sí quisieran muchos popes de casi nada.
John Simms a la guitarra y voz, tremendo, técnico, visceral, genial e intuitivo, un guitarrista mágico al servicio de seis cuerdas ardientes que se inflaman entre sus dedos.
Ken White a la batería, pegador, rítmico, convulsionado, que se hace seguir a base de golpes en tu estómago.
Mark Sheather con el bajo, un solista más dentro de esta propuesta de poder y clase, unas notas que se te clavan en lo más profundo.
La portada realizada por Roger Dean, por lo que hay que disfrutarla porque es una obra de arte, y del resto se encargan tus sentidos, que yo ya aburro bastante.
¡¡Disfrútalo!! un disco así no suele dejar indiferente, por fortuna para los que amamos estos sonidos tan especiales.


2 comentarios:

  1. Fantásticos, no hay un momento de respiro, provocación y reacción, si no es así es que el alma está dormida.
    Es el despegue total, con esa guitarra!

    Un besazo.

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    1. Se lo diré, seguro que le gusta, a los que nunca han sido lo que debieran les lleva lejos saberlo. Un disco para deleitarse.
      Besos,

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