sábado, 4 de agosto de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CDXCVII

Cuando la Música se empeña en sorprenderte, surgen momentos de la mano de solistas o grupos que realmente llevan la palabra sorpresa más allá de su propio significado.


Code Blue (Code Blue) 1980


Y es entonces cuando te esperas cualquier cosa y así te ves en ese instante en el cual disfrutas por el hecho de amarla.
Code Blue se convirtió en uno de esos momentos en los cuales uno disfruta de lo que le viene más allá de lo que es, de quienes son y de lo que pretenden, porque esta banda post-punk que se atrevía a un Pop Rock incendiario fuera de normas fue tan sorprendente como efímera, apareció y se fue sin que nadie lo esperara y sin que nadie les dijera adiós.
Y es lo que tiene el mundo de los sonidos, que siguen creándose historias de la nada, siguen apareciendo sueños y soñadores que nos llevan hasta el infinito, siguen viniendo visionarios y músicos (que a veces tanto da que da lo mismo) para arrastrarnos a los confines de eso que llamamos Música y que nunca habíamos visitado.
Quizás Code Blue tuvo la habilidad de hacer algo que nadie había hecho, entre bandas que surgían buscando la post revolución y los desechos de lo que el punk y su fallida revuelta había conseguido, un poco por culpa de todos y un poco por culpa de ellos mismos, quizás la banda sólo pretendía un Rock que pudiera huir de los rescoldos de lo que se había quemado, pero consiguió un trabajo excepcional de Música rabiosa, visceral, radical y a la vez conservadora en la búsqueda de los orígenes de esos sonidos que salían de las guitarras y la sección rítmica que nos encendía al escucharles.
En un formato de Power Trío poderoso, tremendo, con la voz inadecuada y a la vez perfecta para la ocasión de Dean Chamberlain, esa guitarra del mismo Dean que rasgaba el ambiente a lo Police en ocasiones, a lo Joy Division en otras y a lo U2 en algún furioso riff de sus comienzos y la sección rítmica que marcaban Randall Marsh en la batería y voces, y Gary Tibbs en el bajo y voces para saltar donde te encontrases el disco es una alegoría de todo lo bueno y lo que no se consiguió en la Música de una época, un alegato al desgarro y la desesperación cuando se lanzan a reclamar lo suyo en cabalgadas furiosas, ritmos de guitarras escalofriantes o amagos a lo reggae que se estilaba como intento de irse de este mundo.
Un apasionante viaje por un intento que tras este disco no existió, pero que dejó la marca de lo bien hecho, lo que se pretendía y lo que nadie más buscó después, un disco para saborear desde el principio como un buen bourbon, un exquisito vino o ese champagne impagable que llevarse a la boca, incendiarse o relajarse según el caso y degustar las notas de algo que, les guste o no a muchos es Música, con mayúsculas y de calidad, tremenda calidad.
Cuando escuches sus once canciones y entres en órbita, no escribas a este espacio, no estaremos por aquí, seguramente busquemos la salida en alguno de esos temas que nos provocan lo que ahora ya nadie intenta.

1: Whisper/Touch;  Modern times;  Hurt;  Face to face;  Burning Bridges;  Somebody knows
2:  Other end of town;  Where I am;  Settle for less;  The need; Paint by numbers



A Goyo, ¡¡¡Cómo No!!! que está en ese lugar donde los que intentamos llegar a través de los sonidos jamás alcanzaremos, porque él es demasiado grande para acercarnos.

2 comentarios:

  1. Es una escapada a toda velocidad y si consigues subirte, es sensacional, los sonidos te esperan al otro lado.. en otra dimensión.
    Fantásticos!
    Me he conformado con la mitad de los temas, pero con una sensación mas que agradable.
    Mas besos.

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    1. Me alegro, con los temas completos te vas a disparar.
      Besos,

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