sábado, 25 de agosto de 2012

Algo Obvio


Es algo obvio, nos llaman imbéciles y sonreímos, por eso pueden exclamarlo de nuevo, y si ven otra sonrisa, decirnos que insultarnos "sirve para hacernos un poco más felices".
Es como si de pronto estuviéramos en la época medieval, donde el honor se limpiaba con sangre y si esa sangre era vista por los demás salías caballero de la lid. Hoy nos embelesan con cantos de sirena y en el fondo nos hacen sangrar sin darnos cuenta, ellos lo ven, lo enseñan a sus congérenes vampíricos y sonríen por la venganza resuelta, como si el mundo les debiera algo por ser ladrones, asesinos, violadores de sueños y esperanzas.
No caigo en la tentación de sentirme culpable por lo que hacen, sé que la culpa la tienen ellos a pesar de poder parecer lo contrario, no he mordido ninguna yugular para extraer la esencia de mis vecinos, sólo bebo cerveza que a veces comparto con quien quiere sentarse a mi lado, pero siguen llevándonos a sonreír cuando nos insultan, y seguimos sonriendo, quizás algunos lo hacen por ignorancia, las palabras vanas e inteligentemente usadas para engañar son difíciles de descifrar, quizás otros lo hacen porque "tendrá que ser así", pero sonreír tiene eso, que pasas de ser ocurrente al buzón de la corte sin enterarte.

Yo no sonrío cuando me insultan, me vejan o me tiran a la basura como un fardo. No quiero sentirme imbécil por hacerlo, no porque lo digan; sé que mi limitado uso de la inteligencia queda en el entorno en el cual me muevo y con quien lo hago, pero mi cara es de asco, de infelicidad hacia ellos, y aunque sea muy pocas veces eso les molesta, es lo único que me dejan hacer y lo hago, molestarles.
Ya no hay orden ni concierto, y eso que nunca he creído en el orden (sí en los conciertos) pero no el orden impuesto por esas absurdeces llamadas leyes, normativas, decretos o similares, el orden mental de las cosas, lo que hace que todo fluya, siga el curso y se pueda transformar a través de la imaginación, las ideas y los logros personales o del grupo. Ya no hay, y con ello murió la idea, la creencia y la posibilidad de ser, hoy hay un desconcierto flamenco que dicen es el concierto de lo que tenemos, pero ni así sonrío, no me sale, ¡¡qué le vamos a hacer!! seré un rebelde, o mejor aún, según los cánones actuales, seré un antisocial.

Es algo obvio, el imperio de la ley (perdón, de su ley) es el imperio de lo honesto, el resto es deshonesto, sea cierto, leal o moral, porque todo es según el papel donde se escribe, y en estos casos siempre lo escriben ellos.
Esperemos su llegada, esperemos el azufre que inunde los sueños transformados en pesadilla, peor, lo que se dice peor se podrá estar, pero ni tampoco tanto.

2 comentarios:

  1. Todo es una farsa bien montada a través de la historia de la "humanidad", su fin: salir favorecidos los de siempre.
    Un texto muy crítico Agilulfo, dejas muy clara tu filosofía de la vida, aunque eso te pase factura por "antisocial", es el precio que te hacen que pagar por ello.
    Quiero suponer que al final de los tiempos, alguien mas también tendrá que rendir cuentas.
    Bss

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    1. Dios y los ángeles custodios que dejan, a través de los llamados líderes, que todo ocurra.
      Por eso sigo esperando su llegada.
      Besos,

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