jueves, 9 de agosto de 2018

Japón: Cuaderno De Viaje XIX // Tokyo Sakura Tram, Otro Viaje En El Tiempo




Lo infinito de una ciudad como Tokyo provoca que por mucho que la visites siempre tendrás cosas por descubrir, y la mayoría de las ocasiones muy sorprendentes.
Desde que vamos a la ciudad solemos intercalar lugares que nos han encantado en otras ocasiones con la búsqueda de lo nuevo, lo que viene en las guías y no tanto, porque al final en una urbe tan inmensa hay que elegir, vayas unos días o unos meses.
En la nueva jornada tocaba descanso de tiendas de vinilo (aunque no de Música) de modo que tras un buen desayuno tomamos la calle bastante temprano.

Para el cuarto día de estancia en Tokyo teníamos preparados (mi Amor tenía preparado, por supuesto) una visita a una parte de la ciudad que alberga el único tranvía que queda en la misma, el "Tokyo Sakura Tram" en la línea "Toden Arakawa".
En 12,2 kms de recorrido, desde la estación de Minowabashi a la de Waseda, te ofrece un viaje en el tiempo absolutamente maravilloso, a través de barrios que (como casi todo en Japón) mezclan de manera perfecta lo antiguo con lo moderno, las más increíbles calles ancladas en el tiempo con avenidas de construcción reciente.

Con un bono de 700 yenes puedes tomar el tranvía en el lugar de la línea que desees y hacer el recorrido o ir parándote en cualquiera de las treinta paradas del trayecto. Es evidente que la idea que teníamos era ir bajándonos en lugares que a través de las guías e internet llamaban la atención por algo especial, pasear por el lugar elegido y de esa forma llegar al final del trayecto.

Salimos de Shinjuku en metro hasta Jimbocho y de ahí cambio en la línea Toei Mita hasta la estación de Nishi-Sugamo, donde comenzábamos (a nuestra manera) la búsqueda del tranvía para subir. Antes, mientras paseábamos por las calles, nos encontramos con la Sugamo Jizo-Dori, una calle de tiendas de todo tipo que sirve para todos los habitantes del barrio de Toshima. Eran las primeras horas de la mañana y todo estaba repleto, las compras diarias y dos turistas despistados más deambulando por varios cientos de metros de locura comercial.
Cuando algo es del propio lugar, se siente esa diferente actitud de la gente, mucho más natural que los sitios más conocidos o turísticos; es lo que intentamos buscar siempre que podemos, porque es impagable mezclarte entre los habitantes del lugar.

Tras un buen rato de paseo y tiendas, con mi Amor queriéndoselo llevar todo, llegamos a la parada elegida para tomar el tranvía, "Shin -Koshinzuka" dirección Minowabashi, y comenzó otra experiencia sensorial maravillosa.
A pesar de parecerlo por lo que es en sí mismo, la "Tokyo Sakura Tram" no es una atracción turística, sino un medio de transporte público para los habitantes de la zona. Las calles y los lugares por los que transcurre la hacen única, pero la verdad es que salvo en algunas avenidas y calles más anchas, sería impensable otro medio.
El tranvía se pierde entre casas de muchos años atrás por las traseras de las mismas, por urbanizaciones más modernas, recorriendo en el sentido de ida y vuelta los 12,2 kms; atraviesa avenidas y calles principales, y digamos que parte como un cuchillo el barrio de manera única.

A partir de aquí, fuimos eligiendo las paradas donde bajarnos para visitar sitios o pasear por los alrededores; un jardín precioso que rompía con todo lo que le rodeaba, construido con piedras, atravesado por un canal, que daba acceso tras un paseo como encantado al templo de Oji Inari Shrine.
Más adelante, visitamos el museo del tranvía, donde pudimos ver varios modelos de distintas épocas. Más estaciones, más gente del barrio acompañándonos en el trayecto, el viaje tranquilo en el tranvía entre casas, jardines, paradas para visitar calles de habitantes del lugar de toda la vida y el final del trayecto en Minowabashi, donde la estación parece perderse como sumergida entre pequeños bares y restaurantes de apenas cuatro o cinco clientes.

Las horas pasadas desde la llegada al barrio nos dejaron un regusto de maravillosa sensación. Ya estábamos más allá de las horas de comida, de modo que buscamos el metro camino de un barrio donde queríamos pasar la comida con buena Música y ambiente.





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