sábado, 4 de abril de 2015

De Vinilos y Otras Glorias MCCCXLVIII

Una Música eterna, o para la eternidad si uno quiere llevarse parte de lo bueno, nos visita de la mano de un grupo con nombre propio en la historia de un estilo siempre fascinante.


The Butterfield Blues Band (The Paul Butterfield Blues Band) 1965


Una de las bandas señeras del Blues eléctrico en los USA visitan por fin este espacio (culpa de quien se encarga del cotarro este no haberla acercado antes) para dejarnos mucho del maravilloso Blues que hacían y que tanto nos emociona.
Una banda de lujo que en esta su primera entrega, allá por el año 65, ya se lo hacía pero que muy bien con esa manera tan particular de interpretar el Blues abrasador que hacían llegar hasta las entrañas. Mucho sentimiento, mucha emoción y sobre todo mucho amor por una Música de raíces, universal y eterna que The Butterfield Blues Band entregaban como pocos.
Desde el principio de su carrera, salvo alguna excepción años más tarde, la banda no engaña ni quiere hacerlo, interpretan Blues auténtico desde el estilo inimitable de unos músicos que parecen nacidos para ello, tanto en los temas propios creados con un toque particular y elegante, como con las composiciones ajenas casi obligadas dado el estilo y los clásicos de los que uno se puede surtir. 
La voz de Paul Butterfield se empeña en arañar el alma poniendo todo el sentimiento a los temas, aderezado con la maravillosa forma de tocar la armónica que en muchas ocasiones es la emoción de la propia canción. Melancolía y brutal desahogo por igual saliendo de esa garganta que consigue de su instrumento un pedazo de piel elevada hacia las estrellas. Otro de los momentos de inspiración en la Música del grupo lo provocan las guitarras de Mike Bloomfield (una debilidad ¡¡qué se le va a hacer!!) y Elvin Bishop, el primero un genio de las seis cuerdas que con el slide se va hacia el infinito, puro sentimiento y puro Blues para arrancarte esa piel que ya se encuentra erizada.
El órgano de Mark Naftalin aúlla a los vientos sin buscar redención alguna, colándose entre las estrofas y en los solos descomunales de las guitarras, riff o momentos de puro corte en las venas dejado en seco en el silencio. Un combo extraordinario que se completa con la sección rítmica a cargo de Jerome Arnold en el bajo y Sam Lay a la batería y voz, sobrios, precisos, marcando de manera perfecta cada ritmo y cada golpe de esta Música que hace soñar.
Primera aventura de un grupo que fue mucho y bueno, Música para disfrutar del desgarro y la tristeza, de la emoción y el suspiro, una banda que da desde dentro para hacer llegar a lo más profundo.

SIDE ONE:  Born in Chicago;  Shake your money-maker;  Blues with a feeling;  Thank you Mr. Poobah;  I got my mojo working;  Mellow down easy
SIDE TWO:  Screamin';  Our love Is drifting;  Mystery train;  Last night;  Look over yonders wall


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