sábado, 20 de abril de 2013

Surcos del Siglo XXI - 61

Algo de eso o esto o aquello que nos gusta tanto y que como nosotros lo disfrutan cuatro más, porque no creo que haya más, por eso dicen que estamos...


Space Machine (Space Machine 3) 2002


Electrónica, espacial, alucinógeno, visual, mental, emocional, cualquiera de los adjetivos puede darse para este proyecto de Música que desde la base clara y evidente de la electrónica nos propone un viaje alucinante a través de los sonidos que la mente de su creador nos envía, ajeno a cualquier circuito en el cual se otorga un grado de complicidad con la Música o se intenta encasillar en un estilo más o menos evidente.
Dicho esto, que puede haber dejado claro ante qué nos encontramos o pensar que la bebida de media tarde hace efecto en quien escribe esta especie de pseudo relato sobre un álbum doble de sonidos incandescentes, "Space Machine" es el proyecto dividido en tres partes o el proyecto que llevó a sacar tres partes de un iluminado japonés llamado Yamazaki Maso, fiel exponente de la línea de los grandes artistas japoneses que aúnan Música, imágenes y arte en una única forma de expresión que en este caso da a luz con lo que aquí tenemos.
La tercera parte del proyecto, este "Space Machine 3" es un disco doble en versión vinilo rojo intenso y denso (sirva como dato porque algo debe tener que ver el artista y la casa de discos que lo sustenta) en el cual la imaginación de Maso llega a la cumbre como continuación de un sueño llevado a expresarse por medio de los sonidos (en directo me consta que la ayuda visual es fundamental y parte de la propia obra) con un primer disco de corte absolutamente experimental a base de moog, sintetizadores, sistemas EMS, VCS3, ARP, pianos, órgano y diversos artefactos creados por el propio Maso que transforman el silencio en una suerte de viaje interestelar a través de los sentidos, una especie de sueño inducido en el cual el músico recrea sus fantasías y nos lleva por donde le viene en gana.
Las canciones, o más bien los distintos cortes del disco, tanto en su cara A como en la B no tienen título, por lo que la idea de no ser nada encasillado sino algo absolutamente libre y en parte improvisado toma todo el sentido cuando se escucha.
En cuanto al segundo disco, grabado en directo en Bigeat, Osaka el 19/12/2002 tampoco nos ofrece ninguna idea de títulos ni temas que seguir, pero en este caso Maso está acompañado del excepcional guitarrista Kawabata Makoto que se encarga de las seis cuerdas y los efectos pertinentes y de Nakaya Koviechi en los teclados, equipos electrónicos, moog, sintetizadores y demás, consiguiendo una atmósfera sobrecogedora que absorbe a la audiencia y la conduce con un envoltorio de sonidos hacia la nada o el todo, según uno vaya queriendo seguir.
Un disco tan desconcertante como mágico, para mí una verdadera fantasía sonora, pero se entiende que para muchos la desconexión del mismo tras los primeros minutos llegue sin mucho esfuerzo.
Es lo que tiene esto de la Música, el infinito y la nada se dan la mano y todo depende de lo que uno quiera, pretenda o le hagan desear, y en eso nadie puede meterse.
Si amas este tipo de sonidos, bienvenido al viaje, si no es así, cierra la página y vuela por otro espacio sin turbulencias.


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