viernes, 23 de marzo de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CDVIII

Un grupo muy especial de esos que han hecho lo que ahora hacen demasiados sin mucho sentido, la verdad, pero que para ellos era algo más que Música.


Osibisa (Osibisa) 1971


Tremendo grupo de Música afro creado en Londres por exiliados africanos y caribeños, cuatro componentes del continente negro y tres del caribe, que unieron su manera de entender la Música y los sonidos en una forma de expresión realmente maravillosa y en lo que se refiere a lo ofrecido bastante precursora.
Rock-Pop de raíces, toda la influencia del mundo negro derramada en las composiciones, adaptadas a los instrumentos eléctricos y de percusión, pero con ese toque inconfundible de la Música negra ancestral y primitiva.
Enormes jams instrumentales en solos eternos que nos hacen seguir el ritmo de la vida, la naturaleza, con esos vientos estremecedores, los teclados envolventes y por supuesto las percusiones, rítmicas, constantes, que aplastan y elevan por igual. Quizás la máxima expresión de la unión del África de los primeros sonidos con el Caribe más emotivo, una creencia de la Música universal que viajó a lo largo del tiempo y del espacio.
Creo en la Música sin fronteras, pero como los propios músicos se preocupan de indicar de donde son, no les privo de esta circunstancia, sobre todo porque el carácter de exiliados marca mucho del significado de Osibisa.
Teddy Osei de Ghana en el saxo, flauta, percusión africana y voces.
Sol Amarfio de Ghana en la batería.
Mac Tontoh de Ghana en la trompeta y flugel horn.
Loughty Lasisi Amao de Nigeria en el saxo y congas.
Spartacus R de Granada bajo y percusión.
Wendell Richardson de Antigua, guitarra y voces.
Robert Bailey de Trinidad en los teclados y timbales.
Siete canciones para su primer disco que son una demostración de ritmos salvajes, frenéticos, solos descarnados de los saxos, teclados, algún desmadre guitarrero y sobre todo la percusión como base de todo lo que llega, envuelve, te golpea las tripas y te hace parte de la Música, que nos lleva por un viaje entre continentes a través de los sonidos sin final, porque cada tema parece no terminar,  queda como suspendido en el espacio para seguir hasta el infinito.
Las tres jams de más de siete minutos, "The Dawn", "Ayiko Bia" y "Phallus C" son tremendas demostraciones instrumentales donde los músicos se explayan cuanto quieren, ritmos caribeños y africanos por igual, suaves delicias como "Akwaaba", salvajes cabalgadas "Music For Gong Gong", un poco de talento Pop al uso en "Oranges", quizás la más comercial de todas, y un final apoteósico en clave Rock con esa pieza que lleva hasta lo más alto, mucho de otras cosas conocidas en su composición, "Think About The People".
Un disco para adentrarse en el universo de un grupo que en sus primeras obras dio a conocer muchas cosas, un disco diferente, hipnótico, hecho con pasión.
La portada, una obra maestra de un grande, Roger Dean, al igual que el precioso logo. 



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