sábado, 10 de marzo de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CCCXCIV

Una entrada que deseaba hacer y por razones desconocidas nunca llegaba, algo que creo es de recibo para reconocer el legado de una banda muy especial y que ¡¡cómo no!! me apasiona. Niñas y niños, mayores y lo que os consideréis, un "Paseo Por Los Sueños" de...


Joy Division (Unknown Pleasures) 1979


Una banda que nació, vivió y desapareció haciendo historia, porque de eso se trata con lo conseguido por Joy Division, pura historia.
Los que siguen este espacio que es un sueño para eso, soñar y vivir los sonidos, saben que me entusiasma todo aquél que dentro de la calidad que se exige a cualquier obra se atreve a hacer algo que no existe, dar un paso más en lo existente y así tender el puente para llegar más allá. A lo largo de la historia de la Música, al margen de etiquetas, estilos o mierdas, siempre ha habido visionarios que han deseado ir hacia adelante, tomando lo que había y alargando el sueño, y a esos les tengo un respeto infinito. Me podrán gustar más, menos o regular, porque tengo mis deseos en la Música y eso es lo que hay, pero el respeto y la alabanza por intentarlo dentro de la clase me parece que es algo loable, por eso me honro en traer este grupo que con dos obras y unos cuantos años pateándose los clubs y tugurios de Inglaterra y norte de Europa llevó la Música en un período convulso, con el Punk muriendo y el resto sin enterarse hacia donde nadie la había llevado.
No sé cuál es el estilo de Joy Division, algunos lo denominan Post-Punk, otros Pop Oscuro, otros Underground... y así ni se sabe, para mí son sonidos envolventes que adquieren una dimensión entre la oscuridad y el pateo constante a los sentidos, y simplemente me apasiona.
Esos golpeos del bajo en tu estómago, la batería que te adormece a golpe de continuo e incesante sonido de caja y bombo, la guitarra "bailando" en notas bajas con riff machacones donde parece no se puede salir y esa voz que es la marca del grupo, esa tristeza contenida en cada estrofa, en cada verso que te envía a las entrañas.
Cuatro visionarios que creyeron en una idea a pesar de demasiadas cosas, que influyeron a bandas míticas de los ochenta y noventa y que crearon una manera de viajar por la Música a bordo de lo que tus sueños y pesadillas te dictan por igual.
Ian Curtis en las voces, Bernard Summer en las guitarras y algún que otro teclado, Peter Hook en el bajo y Stephen Morris en la batería forman este grupo que parece sacado de las catacumbas sonoras, siempre con esos bajos que te aplastan, letras lúgubres y un conjunto que te arrebata y te lleva hacia la negra noche... algo maravilloso.
No es recomendable en situaciones de vigilia emocional, o de extrema amargura, pero si quieres viajar donde nadie te encuentre, es algo como nunca se había oído.
Diez canciones que son un todo porque se crearon sin que nada hubiera, 38'21'' de desgarro y lacerantes emociones, un disco para escuchar al menos una vez, porque creó y dio algo que no había, y eso merece un instante, un momento, un suspiro.
La portada, mítica, representa 100 pulsos sucesivos del primer púlsar descubierto, en un impecable blanco y negro que abruma.
"Unknown Pleasures" una leyenda que es por sí mismo y lo que representa una joya.

Outside:  Disorder;  Day of the Lords;  Candidate;  Insight;  New Dawn Fades
Inside:  She's lost control;  Shadowplay;  Wilderness;  Interzone;  I remember nothing

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