domingo, 25 de octubre de 2015

Música


La vida está hecha del material de los sueños. En ocasiones no puedes evitar tener al alcance de tu mano cualquier instrumento para conseguir lo que deseas, lo que tu mente necesita, alcanzar ese sueño que nunca volverá, y sin embargo pasa el tiempo y no has construido nada.

Otras veces no puedes realizar aquello que sabes que te hará ser tú mismo a pesar de todas las cosas, cualquier idea o pensamiento que lleva a estar mejor con uno mismo, a sentirse vivo, porque no hay nada alrededor tuyo, porque el vacío lo inunda todo y es imposible soñar, o todo lo que sueñas se convierte en una pesadilla.

No sé cómo encontré la Música, de hecho siempre me he preguntado cómo comenzó todo. Creo firmemente dentro de la certeza que me da la ignorancia, que ella me encontró a mí. Fue ese momento que no te esperas, cuando estás ensimismado con lo que piensas y una ráfaga de aire fresco te hace respirar profundamente. Es muy posible que coincidiera con uno de mis sueños, los que no podía hacer realidad porque no había nada alrededor para levantarlo, y sin embargo, desde ese instante mágico siempre he podido construir todo lo que la Música me ha sugerido.

Para mí es una vaga ilusión llegar al Olimpo, sé que los dioses no me permiten acercarme al paraíso y siempre deambulo entre el espacio donde doy forma a lo que ella me susurra. La caricia de la aguja en el vinilo es como un beso llegando el amanecer, cubierto por el aroma del primer café y los sonidos de la vida inundándolo todo. No pretendo que se me entienda, de hecho ni yo mismo entiendo mi actuar cuando la Música se cruza en mis pensamientos, pero no soy más allá de todo eso y al mismo tiempo me siento infinito por sentirlo.

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