domingo, 4 de octubre de 2015

De Vinilos y Otras Glorias MDXXXV

Un repaso a clásicos de toda la vida, esos discos que han hecho grande la escena del Rock a través de los tiempos, como algo más o menos así.


Yes (Relayer) 1974


Hablar de Yes es hacerlo de uno de los Santa Santorum del Prog. universal, y si nos ceñimos a la época de mayor gloria del grupo, muchas cosas pueden ser magia.
En mi opinión, "Relayer" es el último de los grandes discos de Yes, dentro de esa época en la cual el Prog. llevaba nombres propios escritos sobre la marca de fábrica. Un disco que tiene en su contra el abandono del grupo por Wakeman y su sustitución por Patrick Moraz, que no es lo mismo y se nota en el conjunto.
Por lo demás, tras las controversias vertidas sobre el anterior trabajo, "Tales From Topographic Oceans" que dividió a crítica e incluso al grupo, con este trabajo volvían a la línea habitual de Yes, ese esplendoroso Prog. sinfónico con el virtuosismo de sus miembros rezumando por todos lados.
Sinceramente creo que "Relayer" es mejor disco de lo que pareció en su día, pero venía tras otras obras inmensas y con la polémica ya comentada, y eso marcó la salida de un trabajo que es puro sonido Yes, y eso es decir mucho. Tres temas que dan rienda suelta a la imaginación, la brutal y espectacular "The Gates Of Delirium", que en sus 21'50'' de suite Prog. clásica y eterna nos vuelve a acercar a lo que el grupo era capaz de hacer, con los instrumentos salpicando de clase y eternos momentos cada minuto del tema (es aquí donde quizás se echa más en falta a Wakeman, pero lo que se escucha no desmerece del conjunto) con cabalgadas que para sí quisieran más de un grupo de los que creen que subir el ritmo hasta lo inabordable es cosa de otros estilos.
Espectacular comienzo para la continuación en la cara B con las dos piezas que llevan hasta donde pocos podían llegar que no fuesen ellos, "Sound Chaser", brutal y demoledora, y "To Be Over", algo de Yes profundo para cerrar el círculo.
La voz de Anderson contándonos el por qué de todo lo que el universo del grupo puede hacer, incluyendo la inspiración hacia Leon Tolstoi, la técnica excepcional y depuradísima de Steve Howe y Chris Squire que no dejan títere con cabeza y la intensidad de Alan White golpeando la percusión.
Un disco para amantes del Prog. más genuino, no siendo la mejor obra de Yes es un trabajo para saborear todo lo que el grupo ha hecho para ser uno de los pilares de la Música Prog. de la historia.
La portada, bella y enigmática, a cargo de Roger Dean


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