miércoles, 1 de mayo de 2013

De Vinilos y Otras Glorias DCXCVI

Cuando fascina, realmente llega muy adentro. Si me pongo a visitar esos grupos que me han dado la oportunidad de ser un poco más a través de la Música siempre encuentro un lugar para momentos como este.


Eloy (Silent Cries And Mighty Echoes) 1979


Siendo un grupo que se estrenó con sus excepcionales grabaciones allá por el año 1971 y de las cuales tengo un recuerdo inolvidable, me fascina la Música de Eloy en la segunda mitad de los años setenta, quizás porque me llegan de otra manera o simplemente porque para gustos los colores y su forma de componer en estos años me parece distinta y emotiva, pero lo cierto es que en ese quinquenio que abarca desde el año 76 al 80 me llenan con creaciones emocionantes y bellas.
Este "Silent Cries And Mighty Echoes" me dio a conocer al grupo con apenas dieciséis años y enseguida me enganché a sus sonidos, su manera tan especial de entender ese Prog. que se desliza por el Space Rock más puro, e incluso con los detalles propios del Sinfónico.
De hecho para muchos Eloy no se debería encuadrar dentro del Krautrock por su manera de entender la Música, más encaminada a los grupos ingleses del Prog. más puro (King Crimson, Pink Floyd, Yes...) pero en mi opinión y a pesar de ser realmente diferentes en lo conceptual y sobre todo en la manera de componer a la mayoría de los grupos teutones, el sello de su lugar de origen es indiscutible en algunos ramalazos que no pueden evitar (y me encanta que así sea)
El octavo álbum de Eloy, nacido tras el doble directo de rigor en la época, sigue la línea de atmósferas épicas que a modo de viajes espaciales llevan más allá de este universo, con temas de grandes desarrollos instrumentales y un dominio de la composición exquisito.
Como casi siempre en sus discos, una obra que sin necesidad de ser conceptual da idea de conjunto para escucharla como un bloque compacto, porque todo llega a tener sentido enlazándose unos con otros los sonidos que nos van llegando a través de los temas que jalonan el vinilo, en este caso 43'26'' de pura fantasía instrumental y musical.
La primera cara nos regala dos trallazos que ya de por sí son como escenas de un vuelo sin motor, con esos ambientes excepcionales y mágicos creados por el grupo, la bellísima "Astral Entrance / Master Of Sensation" 9'03'' que te transportan a ninguna parte, enlazados con esa barbaridad de composición llamada "The Apocalypse" y sus 14'54'' divididos en capítulos de una historia contada como un mensaje directo al alma.
La cara B deja tres piezas para seguir soñando, "Pilot To Paradise", "De Labore Solis" y la maravillosa "Mighty Echoes" que cierra esta tremenda obra a golpe de espacios abiertos y mundos por descubrir.
El mito Frank Bornemann, guitarrista, voz solista y compositor del grupo nos deja otra huella más de su calidad y su manera tan especial de acariciar las seis cuerdas.
Detlev Schmidtchen nos evoca con los teclados esos ambientes grandiosos y especiales que el grupo logra transmitir, amén de los coros.
Klaus-Peter Matziol en el bajo y las voces junto a Jürgen Rosenthal en la batería, percusión y letras forman la sección rítmica sobre la que se asientan las creaciones maravillosas y las jams infinitas con las que deleitan.
"Silent Cries And Mighty Echoes", una fantasía más de una banda inolvidable...

2 comentarios:

  1. Perderse en esta inmensidad es un viaje musical de una belleza sensorial increíble, una experiencia única, puro deleite.

    Bss.

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    Respuestas
    1. Aunque nos perdamos en nuestros propios sueños.
      Besos,

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