viernes, 6 de enero de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CCCXXXIV

Un querido músico visita de nuevo nuestro "Paseando Por Los Sueños", con un disco muy especial para el que suscribe, por lo que fue y sobre todo por lo que me significó.


Lou Reed (Berlin) 1973


El tercer disco del artista neoyorquino en solitario, tras el homónimo "Lou Reed" y el maravilloso y vigoroso "Transformer", no será su mejor disco (discrepo porque para mí es excepcional) ni del que más se ha hablado, pero no se puede negar que se trata de una obra magna por su valentía y salirse de la ruta trazada por este rockero que por otra parte nunca más hizo una obra parecida.
Tratada como una ópera rock, es un disco maravillosamente oscuro, dramático, trágico, una de las más bellas piezas de desaliento y almas rotas escrita como concepto de rock y Música, y yo que adoro a los perdedores impenitentes y los que muerden el asfalto una y otra vez me enamoré sin remisión de sus notas que llevan a caminos de perdición.
Un maravilloso concepto de la tragedia jalona todo el disco, cada nota es un puyazo que se clava en el alma, las letras desgarradoras escritas por uno de los más grandes narradores de las miserias humanas, pero evocando su propia huida de los infiernos o el paso por ellos.
Musicalmente me parece una joya con mayúsculas, y en eso tienen mucho que ver los músicos (muchos de ellos amigos de Reed) que participan, porque están casi todos, una multitud sublime de genios que se ponen al servicio de estas composiciones nada fáciles de digerir.
Entre algunos de los genios que acompañan a Lou reed se encuentran Bob Ezrin a los teclados, además de producir el disco, Jack Bruce al bajo, Steve Hunter y Dick Wagner a las guitarras, Aynsley Dumbar a la batería, Michael Brecker al saxo, Randy Brecker trompeta, Steve Winwood a los teclados, y otros colaboradores en canciones determinadas, toda una barbaridad para esta enorme creación de uno de los genios de la Música contemporánea.
La obra gusta y enamora o machaca, como ya hemos dicho, conceptualmente está creada en clave de ópera rock trágica, diez temas que se van a una duración poco usual en la época, donde las drogas, la muerte, la depresión y los despojos humanos pasan por esas letras que te llegan al alma, perfectamente envueltas con la Música de una calidad elevadísima.
"Sad Song" es una monumental manera de aplastarte el cerebro, "Berlin" te lleva a un viaje sin retorno, "Carolina Says I" y "Caroline Says II" nos cuenta la miseria que nos cubre sin darnos cuenta... y así uno a uno van desgranándose esas melodías que hacen llegar la congoja y el gozo por igual cuando se escucha esta joya de la Música.
No está aconsejada para momentos de bajón sin límites, quizás no llegues a levantarte, pero está aconsejada para cualquier momento donde disfrutar con un sueño, aunque roce la pesadilla, es el antídoto a todo lo que nos rodea.
"Berlin", la belleza de lo oscuro.

Side A: Berlin;  Lady Day;  Men of good fortune;  Caroline says I;  How do you think it feels; Oh Jim
Side B:  Caroline says II; The Kids ;  The bed;  Sad Song


4 comentarios:

  1. Desde luego Berlín te hace reaccionar, no deja indiferente, es Lou Reed, con un estilo único que no encuentro en nadie mas, y a mi, me apasiona.
    Besos.

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  2. Mientras te apasiones cosas como esta vamos bien, pero que muy bien, JANE. Besos,

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  3. Un disco increíble.
    La música es una auténtica gozada. Y respecto de las letras puedo decir que mi pauperrimo nivel de inglés me permite únicamente hacerme una idea de lo que quieren expresar.
    Para quien esté en el mismo grupo de "not speaking English", que no se asusten, es una maravilla. Para todos aquellos cuyo nivel de inglés sea óptimo, ellos mismos.
    Yo, por mi parte, lo anoto para escucharlo otra vez.
    Hasta el próximo.
    Besos.
    Ciao

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  4. Besos, (por fin) y Ciao. Esto es como las frases pasivas, ahora empiezo y digo aquello de... sí, es un disco increíble, único, maravilloso, genial, pero como no me hace caso nadie, suelo dejarlo para mí.
    Me alegro que hayamos coincidido.

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