La prostitución tiene un precio, o mejor dicho dos. El que se pacta con el cliente y el que viene implícito por lo que haces.
Uno está claro, es un número y se convierte en fríos billetes, el otro puede quemar las entrañas o simplemente ser parte de lo que te llevas a la ducha para limpiarte la mierda.
Los diamantes son un lujo, o una mierda llena de lo más bajo que puedas querer.
Cuando las historias envueltas en Música te llevan al infinito, los precios son lo que parecen, porque después te duchas en la gloria.
A los que amamos esto que se llama Música, o que podemos llamar...
Un tema eterno, cuando lo escuchas por primera vez te engancha para siempre...imposible dejar de quererlo.
ResponderEliminarBesos.
El único problema es que deje de quererlo quin nos lo hizo sentir, a partir de ahí...
ResponderEliminarBesos,