sábado, 14 de julio de 2018

De Vinilos y Otras Glorias MMX

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Bruce Cockburn (Joy Will Find A Way) 1975


Cuando hablo de Bruce Cockburn, o escribo que para el caso es lo mismo porque el efecto es idéntico, no soy ni quiero ser objetivo. Es cierto que me pasa con la mayoría de lo que hago cuando trato Mi Música, Mi Esencia, eso que me da vida y me hace ser en gran parte lo que no se sabe qué soy, pero desde luego con Cockburn lo tengo más claro aún.
Un grandísimo desconocido a nivel general que tiene tanto que ofrecer que abruma. Calidad, cantidad, obras hechas desde la sensibilidad más extrema, Música en estado puro.
Esto se acentúa si hablamos de su primera época, una década prodigiosa que abarca desde el año 1969 hasta finales de los setenta, una época en la cual creó este "Joy Will Find A Way", su sexto álbum de estudio. Una manera íntima de tratar la Música Folk Rock, con su guitarra acústica acariciando de nuevo la piel, porque para eso la toca de manera genial, con una sensibilidad fascinante y una facilidad realmente impresionante.
Sus detractores siempre le han achacado una repetición dentro del estilo, pero creo que Cockburn crea y recrea sus ideas en cada disco, y "Joy Will Find A Way" es otra vuelta de tuerca dentro de su estilo, porque al final es eso, una manera personal e intransferible de creación (por eso gusta o se le rechaza, pero en eso está la grandeza y la podredumbre dentro de la Música)
Diez temas que son parte de un ideario muy claro, una forma de hacer llegar los sentimientos íntima, sublime, casi susurrante, con la voz única y maravillosa de Cockburn acariciándote los sentidos (donde la pongas es cosa de cada cual) y las cuerdas de acero siguiendo las estrofas para ser un todo en el impacto sonoro que crea (salvo los temas instrumentales en los cuales las palabras salen de la guitarra)
Disco cuidado en todas sus facetas, una producción impecable, un sonido excelso, la Música saliendo como debe para llegar al alma y una portada preciosa (otra más y las que vinieron) para que el regalo sea con envoltorio incluido y sonora y visualmente perfecto.
Bruce Cockburn es musicalmente lo que es, un artista único que no vende humo, por eso es tan auténtico, simplemente se le ama o se pasa página, como hacen muchos, pero a los del primer grupo nos resulta una bocanada de aire que llena hasta las entrañas.

Face One:  Hand-Dancing;  January in the Halifax airport lounge;  Starwheel;  Lament for the last day;  Joy Will Find A Way
Face Two:  Burn;  Skylarking;  A long time love song;  A life story;  Arrows of light

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