sábado, 28 de marzo de 2015

Siena Root, El Viejo Hard Nunca Muere


La excusa era la presentación de su nuevo disco "Pioneers", la mía era ver en directo a una de las bandas que mejor reflejan el espíritu del Hard de los setenta que tanto amo.
Una sala de apenas 50 metros cuadrados (por decir algo) un escenario donde tipos de los países escandinavos no llegaban al techo de milagro y apenas podrían moverse y la incógnita de saber si se escucharía algo de esa Música poderosa que hacen como pocos.

A las diez entramos en la sala y cuando solicité saber de qué iba el local vacío me dijeron que los chicos de la banda estaban cenando. "Se lo toman con calma..." y me pedí una cerveza. Entre el humo que mi cerebro iba soltando, el que llevaban algunos impregnado en ropa y pelo y las fotos de rigor al escenario vacío, la sala casi a oscuras y el pequeño tenderete para vender discos de vinilo del grupo y camisetas varias se pasó la hora de espera hasta que con la segunda botella en la mano escuché la introducción que ya es un clásico en la presentación del grupo y que termina con el nombre del mismo mientras los miembros van apareciendo y haciéndose hueco (en este caso) entre escasos metros cuadrados e instrumentos.

No hubo un "Buenas Noches" para comenzar, ni una palabra de más del vocalista Jonas Ahlén, a una señal del batería comenzaron a sonar... y comenzó la fiesta.
Recordé de inmediato las tardes con mis dieciséis años escuchando a escondidas con los amigos el "Made In Japan", las cintas de casettes grabadas de mala manera que nos acercaban a nuestros ídolos y como si la diosa del tiempo me transportara a décadas de sueños e ilusiones el viejo Hard volvió a invadir mi alma.


Siena Root no engaña, hace lo que ha mamado y por lo que se les ha parido, Hard setentero en el siglo XXI con una calidad que abruma, Música poderosa, brutal y elegante que transforma el silencio en belleza, y esa noche nos dio cien minutos de orgía para que los sentidos se volvieran, de nuevo, esclavos de la magia.
Una sala por la que no daba un duro para que sonara, todo en contra de que un grupo de su estilo se sintiera a gusto, apenas recluidos en un espacio donde oler a Música podía ser un milagro y ellos lo consiguieron. Perfecto el sonido abrumador del viejo "Hammond", manejado con clase y elegancia por Erik Petersson que se empeñaba en arañar notas a los solos poderosos, técnicos y salvajes de las seis cuerdas, donde Matte Gustafsson daba una lección de clasicismo musical demostrando de qué y quienes ha mamado eso que nos hacía llegar. 

Los viejos de la banda, los que quedan del grupo original, Sam Riffer en el bajo y la batería de Love Forsberg, nos patearon las tripas con un gusto tal que llegar al orgasmo era cuestión de tiempo, y la voz de Jonas entraba entre jams salvajes para poner de aquella manera los cuerpos y entrepiernas de quienes saborean el gusto por una época que aún es capaz de vivirse.

Amor por la Música, convencimiento por lo que hacen y una forma de vida que les lleva exclusivamente a sentir que el escenario es su forma de viajar hacia el infinito, eso es Siena Root y por eso lo que hacen es puro lujo, por eso les importa una mierda el aspecto del local, los cincuenta del público o los diez mil si se tercia, porque hacen Música, la entregan y viven de sentirse más allá de las estrellas cuando lo expresan.

Ver el rostro de los músicos gozando con el solo del compañero, la entrada a degüello en un tema que es una cabalgada con el diablo, el final perfecto en un corte salvaje y reír y disfrutar entre ellos no tiene precio, porque se nota que están, lo saborean y te lo dan a probar.

No escuchaba riff cortados a saco tan brutales desde hace décadas, rasgarme la piel como hizo esa guitarra me produjo placer y gozo, ese "Hammond" me elevó sobre el universo entre chillidos y aullidos de épocas pretéritas y la descomunal sección rítmica hizo que la botella de cerveza sirviera para... eso.

Transcribieron los cuarenta minutos del "Pionners" en noventa de jams sin final, temas antiguos lanzados a las estrellas como los interminables minutos (afortunadamente ¡¡por Dios!!) de sus clásicos y terminaron embaucando a los que escuchábamos sin pretenderlo, porque ellos están a otra cosa.
Es cierto que quería ver en acción a KG West y su memorable capacidad como instrumentista, pero la formación de quinteto al uso del mejor Hard si bien no lo suple por lo que es sí da lo que el grupo quiere entregar, y es mucho, algo enorme, brutal y si ellos quieren sin límites.

Como auténticos hippies de carretera tras el concierto se mezclaron entre los cincuenta o sesenta que andábamos por ahí y compartieron momentos, fotos, firmaron discos (no he visto vender tanto vinilo junto en mi vida) todos de vinilo, pasándose unos a otros los que compraban para sellarlo (el detalle fue la búsqueda de Jonas de un rotulador para cumplir algo que creen de recibo) y no hicieron ascos a comentarios, diálogos y momentos entre todos, eludiendo el divismo y "viviendo" el momento de lo que fue un fin de show simplemente genial.
Cuando la Música es pasión, amor y entrega, la piel se eriza y las entrañas tiemblan, y en eso Siena Root van sobrados para conseguirlo.





A Pedro, Noni, Jim, Teo y Juan Luis, porque treinta y cinco años después el viejo casette grabado a pelo volvió a sonar ¡¡y de qué manera!!



4 comentarios:

  1. Atreverse a decir algo después de tus palabras sería mucha osadía. Tan sólo me permito decir que fue una auténtica gozada ver cómo la gente que estaba allí se olvidó de todo lo que le rodeaba y se dejó llevar por los sonidos que nos golpeaban sin piedad llenando el poco espacio que quedaba libre en el local.
    Una noche llena de sensaciones y buen rollo que nos dejó una sonrisa imborrable.
    Fue un placer compartir esa noche con vosotros.
    Un besado.

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    1. Fue un placer la noche entera, y compartir la Música con quien la entiende es una gozada.
      Besos

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  2. Momentos para no olvidar y para llevarse grabado en el alma sobre todo la palabra Música con mayúsculas pero también emociones, amistad...mas no se puede pedir.
    Preciosa entrada.
    Besos.

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    1. Lo que me sugiere una noche de Música y buena compañía.
      Besos

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