jueves, 19 de marzo de 2015

De Vinilos y Otras Glorias MCCCXXIV

Banda mítica y recordada por los amantes al buen Rock Duro, nos visitan por segunda vez ¡y que sigan haciéndolo, que es un placer!


Blue Cheer (Vincebus Eruptum) 1968


Debut salvaje y tremendo de la banda americana Blue Cheer, uno de los nombres fundamentales para entender el Rock de finales de los sesenta y principios de los setenta por aquellos lares.
Vaya por delante que este maravilloso trallazo que es "Vincebus Eruptum" no está considerado su mejor trabajo, pero para mí lo descarnado del sonido y descubrir una banda que se quería comer el mundo me hace sentirme más que a gusto escuchándolo, un auténtico placer sensorial en cada instante de sonidos que llegan a mi piel.
En formato de Power Trío salvaje y genuino, la banda nos entrega desde la entrada con "Summertime Blues" una auténtica descarga de clase y Música para estremecerte y arrancarte la piel a tiras, ¡¡bendita salvajada!! que comienza desde la voz del líder e imagen del grupo Dickie Peterson, una garganta que quiere comerte entero desde la primera estrofa que sale hacia el infinito, descomunal, esforzándote para hacer más duro e intenso el sonido global de la banda. Con el bajo tampoco se anda con chiquitas y estrella toda su furia contra quien se atreva a escucharle (la animalada que se marca en "Doctor Please" es para que se lo miren y morirse de gusto)
La guitarra demoledora de Leigh Stephens es el otro leitmotiv que hace de guía para la escucha de la obra. Rompedora, intensa, emocional y en ocasiones tan "sucia" como bella, sus solos rasgan la piel sin compasión, arrancan de cuajo todo lo que se ponga por delante y dejan agotado tras sus riff pesados y duros que caen como una losa o esos solos que me parecen una furia desencadenada.
No falta a la fiesta la batería de Paul Whaley que cuando hace la guerra por su cuenta es un huracán y cuando cubre los espacios de sus compañeros es como un muro por donde no se escapa nada.
Disco clásico de Rock Duro, toques de Blues que se quieren hacer ver tratados de manera especial, un tremendo poder de seducción desde esta Música que te levanta a patadas donde estés, absolutamente visceral y bella en todo lo que aporta (la belleza no es sólo el susurro, la dureza puede estar impregnada de ella por igual) 
Un disco de comienzos, me encanta por esa sensación de estar montando algo creíble, aún buscando el camino pero por senderos de auténtica Música para soñar. El principio de todo lo demás desde lo más primitivo y encantador.

A:  Summertime Blues;  Rock me baby;  Doctor Please
B:  Out of focus;  Parchment Farm;  Second time around

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