domingo, 1 de mayo de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCLXXVII

Por aquello de ir contra las normas, o demostrar que muchas veces no están escritas como se debe (según el que suscribe, obviamente) un grupo que tiene mucho de normas no escritas.


The Doors (Waiting For The Sun) 1968


Tercer álbum de un grupo tan clásico como atípico, creadores de un universo sonoro muy particular y en especial de una imagen que marcó casi una época.
"Waiting For the Sun" es un disco que me apasiona. Quizás no sea lo mejor del grupo (aunque realmente no creo que el grupo hiciera nada que se saliera de su propia forma de entender la Música y cómo la plasmaban) pero a mí me parece diferente; el sonido es una perfecta mezcla de suaves caricias, en las cuales se prodigan más que en sus dos primeros trabajos, y momentos de apasionada belleza por la brutal demostración de fuerza cuando rompen las reglas y se lanzan a destrozar lo que se espera de ellos (la increíble fiereza de "Not To Touch The Earth" me eleva, y el oscuro deseo detrás de "My Wild Love" pone los pelos de punta) 
Aún así, es cierto que el disco busca en lo musical más momentos de melodías enlazadas al amparo del arrullo de los teclados que Ray Manzarek maneja de forma magistral y la voz única y sensual de Jim Morrison, que no pierde por ello fuerza alguna, porque el mensaje que deja en sus palabras es más que duro y directo que los anteriores discos, con himnos anti militaristas y alegatos comprometidos contra lo que no debería ser.
Un disco coral, con todos los temas compuestos, arreglados e interpretados por los miembros del grupo, una forma de creación que se nota porque todo suena de manera compacta, con las capacidades musicales de cada uno de los músicos demostrándose en cada momento pero consiguiendo un sonido que es un bloque.
A quienes nos gusta un grupo del calibre de The Doors nos es difícil decir que un disco pueda ser de menor calado, pero abundando en esa dificultad, precisamente "Waiting For The Sun" es uno de los que más matices tiene para demostrar la genialidad de una banda que no paraba de sorprender y buscar caminos dentro de su propia forma de entender la Música. Por eso creo que es un disco más que recomendable para volver a él y lo que significa la banda dentro de la historia del Rock en particular y la Música en general. Un pedazo de disco para mentes que no tengan miedo a sucumbir a su exquisitez.
Jim Morrison voz. Ray Manzarek teclados. Robby Krieger guitarra. John Densmore batería.

SIDE ONE:  Hello, I love you;  Love street;  Not to touch the Earth;  Summer's almost gone;  Wintertime love;  The unknown soldier
SIDE TWO:  Spanish caravan;  My wild love;  We could be so good together;  Yes, the river knows;  Five to one


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