sábado, 24 de noviembre de 2012

De Vinilos y Otras Glorias DCII

Me va gustando esto de seguir con las locuras que mi mente destila, especialmente cuando escucho Música, será porque además de locura es un privilegio.


May Blitz (Essen 1970) 1970


Ya lo he dicho en alguna ocasión, de bandas y músicos que han sido parte fundamental de lo que hoy conocemos como Música, me encantaría gastarme lo que pudiera si sacaran más documentos sonoros de esa época irrepetible para la Música y por ende para la humanidad (eso que ahora se va pudriendo) porque sería maravilloso acceder a glorias de lo que fue.
En el caso que nos ocupa, me encanta, fascina y alucina que se haya recuperado más de 40 años después un concierto mítico de una banda icono del Hard Prog. más exultante y maravilloso de la época, May Blitz, un grupo excepcional que por desgracia para quienes lo amamos nos dejaron dos brutales obras y san se acabó.
May Blitz pasó al olimpo del Hard Prog. con dos inolvidables trallazos de clase, pero en este discazo que es una obra de arte nos demuestran lo que hacían en directo, donde su capacidad interpretativa iba mucho más allá de lo que demostraban en estudio, y ya es pedir mucho.
Con ese formato que tanto me apasiona, el Power Trío, estos tíos se marcan una obra descarnada de puro Rock sin categorías ni marcas al agua, porque en este pedazo de disco nos dejan señales del más auténtico Hard, Blues y Prog. por los cuatro costados, en una exhibición musical que además deja claro de lo que eran capaces en un escenario.
El disco entero es una jam session de calidad, dicho esto a sabiendas que son cinco temas desarrollados como les da la gana, no uno sólo, pero lo indico porque todo el concepto es eso, tocar y tocar sin límites y según las estructuras que les vaya dando, con inmensos temas (el más corto es de 5'13'') que sirven para lucir clase y técnica amén de demostrar lo que pueden ser tres tíos en un escenario como si fuese un bloque de granito que se te cae encima, ¡¡una barbaridad!!
James Black hace lo que le da la gana con la guitarra, arrastrando las cuerdas al límite, distorsiones, solos descarnados, riff furibundos y una manera salvaje de atacar los temas, una pasada.
Reid Hudson y su bajo nos demuestran lo que son cuatro cuerdas asesinas, acompañando la guitarra y realizando solos constantes que no paran de arañar los sentidos.
Tony Newman parece al margen de todo y sin embargo es lo que hace que todo sea un bloque compacto. Un tipo que se toma su batería como una descarga de frustraciones, golpeando sin pausa, con saña, repliques constantes y solos demenciales, una verdadera gozada.
Llo que sí me molesta (porque soy muy mío más que nada, porque por lo demás lo gozo que alucinas) es el sonido de la grabación, pero como ya he dicho en otras ocasiones, es lo que hay que pagar para recuperar joyas de este calibre, y en este caso se paga, especialmente la voz que apenas se escucha. De todas maneras, auriculares y volumen brutal y se va perdiendo menos, o volumen brutal e invitación a cervezas y alguna otra "cosilla" a los vecinos y se disfruta en vivo.
Cinco temas salvajes, demenciales, con esa entrada a lo bonzo que es "Tomorrow May Come" para continuar con una jam de 19'56'' "Fire Queen" donde todos se lucen, te atraviesan, te violan, te... M A R A V I L L O S O.
En la cara B más de lo mismo, una animalada con la guitarra incendiaria y la sección pateándote de 8'56'' llamada "Squeet" y esa voz a grito pelado, esto sí que es puro Hard Prog. con cambios y vueltas; tras esto dan paso a una barbaridad genial y especial, muy especial, "8 Mad Grim Nits" que con sus 9'15'' te parte el alma. El disco acaba con "I Don't Know" y a dormirla, porque el agotamiento es total.
Un disco para escuchar y saborear, volver a ser ese animal que uno de vez en cuando desea, y disfrutar de mucha clase de la mano de estos tres geniales músicos y un grupo mítico, que en este disco descubren mucho del por qué.



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