Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido
Anne Briggs (The Time Has Come) 1971
Muchas veces encuentras artistas que aparecen en pocos lugares (o en ninguno según el caso) y que son parte de esas leyendas de desconocidos y anónimos que hacen posible que la Música exista desde la perspectiva de la calidad, lo bello, la base de lo que más adelante se conjuga para crear lo eterno.
Anne Briggs es tan desconocida en los grandes círculos musicales como poco valorada por el universo musical en general, sin embargo su manera de crear Música, de hacer que las notas resbalen por la piel y se te metan hasta lo más profundo, es parte de esa esencia que provoca que las emociones sean algo indisoluble con la Música de calidad, con la belleza convertida en sonidos.
Folk de estilo, con la única intención (tremenda en la idea y brutal en la transformación de la misma) de llegar a lo más profundo del alma, y que Anne Briggs consigue con una insultante facilidad gracias a una voz excepcional, portentosa a la vez que bella, que modula y hace ser el vehículo de los sueños que sus canciones proponen y que a poco que la sensibilidad corra por las venas de uno, consigue.
Acompañando a su voz la guitarra, compañera de acordes y caricias desde las cuerdas de acero, y a partir de aquí las historias que se cuentan y que van adornando el aire que se respira al escucharlas. Una manera de volver a las raíces de siglos y siglos de historia de la Música con un estilo, el Folk, que ayuda a este propósito cuando artistas como ésta tienen el talento superlativo para hacerlas recordar y llevarlas a lo más profundo del alma.
Me resulta fascinante seguir descubriendo en la inmensidad de los sonidos artistas como Anne Briggs, que hacen de su vida una creencia en lo musical y respiran su propia odisea sin ser conscientes de todo lo que abarcan e influyen (sin ir muy lejos en los conocidos, Page y Plant se confiesan admiradores y admiten la influencia de la artista en ciertas bases de sus creaciones) por la calidad de todo lo que exponen.
Un disco para empaparse de sensibilidad, soñar y viajar a través de lo que provoca una maravillosa sensación como esta.
Side 1: Sandman's song; Highlodge hare; Fire and wine; Step right up; Ride, ride; The time has come
Side 2: Clea caught a rabbit; Tangled man; Wishing well; Standing on the shore; Tidewave; Everytime; Fine horseman
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