sábado, 23 de enero de 2021

De Vinilos y Otras Glorias MMCCCII

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Iggy Pop (Lust For Life) 1977



Quizás lo peor no sea llegar, sino mantenerse. En un momento de delicado intento por sobrevivir, este genio que a pesar de muchos y muchos más hizo que una parte de New York aprendiera a saborear algo nuevo, se unió a otro genio que desaparecía y aparecía por aquello de las emociones, el gran David Bowie, y se daban el gustazo de crear este álbum que sin pretender nada se convierte en una pieza más que interesante y desde mi punto de vista muy aprovechable de puro Rock, con esas medias intenciones de no querer y sin embargo darlo todo que ambos concebían.

Iggy pone la voz, el desparpajo (nunca lo perdió a pesar de sus viajes a los infiernos) y las ganas de darse el golpe definitivo para desaparecer o salir de nuevo a vivir de eso que llamamos magia y que gente como él absorbe en modo de Música. La ayuda en la grabación, la creación de algunos temas y lo emocional de Bowie consiguen que "Lust For Life" se llene de esencia de Rock, entre callejero, delicado y emocional, consiguiendo un conjunto de canciones que se acoplan perfectamente y que parecen una continuidad la una de la otra, con momentos álgidos de riff eternos como "The Passenger", exuberantes pasajes de guitarra pesada que te golpea la mente para disfrutarla y por supuesto el nexo de unión de todo, la voz de Iggy que de una manera descarada, descarnada y tribal lleva un poco más allá lo que es manejar la esencia del Rock más puro, más básico, más auténtico.

Un disco que se escucha sin esfuerzo desde la primera entrada brutal con el tema que da título a la obra hasta ese final apoteósico de 6'30'' llamado "Fall In Love With Me", gracias a que el Rock te absorbe y te hace tuyo, y porque la manera desganada de hacerlo embaucar por la garganta de Iggy consigue que sin querer creértelo lo hagas a pie juntillas, ayudado de manera inestimable por una banda que se pone a ello para entregar una obra preciosa.

No es despreciable (más bien lo contrario) la maravillosa aportación del colega de Iggy, un Bowie que se siente a gusto en un segundo plano, apareciendo en coros caoticos y frikis donde los haya, abundando en ese engaño de la desgana con una intensidad que borra cualquier duda en ese sentido.

Un disco para disfrutar, saber por qué fue la clave para la continuidad durante décadas de la carrera de Iggy Pop, y reencontrarse con la esencia del Rock, algo tan eterno como la muerte que tantas veces parece provocar.

Iggy Pop voz. Hunt Sales batería. Tony Sales bajo. Carlos Alomar guitarra. Ricky Gardiner guitarra. David Bowie piano y voces.


Side A: Lust for life;  Sixteen;  Some weird sin;  The Passenger;  Tonigh

Side B: Success; Turn blues; Neighborhood threat;  Fall in love with me  





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