domingo, 14 de junio de 2015

De Vinilos y Otras Glorias MCDXXVIII

Volvemos con fuerza por una Música que nos lleva en volandas hacia la Eternidad, con el poder y la intensidad que el Rock requiere.


Granicus (Granicus) 1973


Nos encontramos con uno de esos casos en los cuales desde el mismo nombre ya te imaginas la que te viene encima, y no se equivoca uno si piensa en la contundencia de una Música hecha para aplastar los sentidos.
Hard del bueno, de calidad y subido al tren de los más grandes por estilo y ganas, Rock contundente y lleno de matices en esta su primera (y que se sepa a menos que surjan extraños restos de las grabaciones) y única obra.
La pregunta inevitables es por qué no llegaron, con lo que dan y el disco ofrece, pero al final no es más que otro de los misterios del Rock, lleno de grupos y músicos de una calidad contrastada y que se quedan en la única ocasión en la que creyeron en ellos.
"Granicus" es un poderoso artefacto de Hard con ocho trallazos escritos con calidad y mucha clase, interpretados en clave de Música potente, poderosa, sin artificios ni búsqueda de otra cosa que no sea la dureza de unos sonidos que llevan de la mano hasta el éxtasis contemplativo cuando te atraviesan sin mesura. Alternando perfectamente los temas a modo de suites con pequeños detalles que sirven de eslabones entre lo que ofrecen los unos y hasta donde llegan los otros, lo primero que hay que buscar porque te llega es el sonido agudo y penetrante de la voz a cargo de Woody Leffel, para deleite de fans de los vocalistas que no saben bajar las notas hasta que los tímpanos estallan. Sonido característico del disco desgranando letras que van desde los valores espirituales, la cumbre del orgasmo, críticas sociales... junto a la guitarra solista que maneja Wayne Anderson, un portento que no deja indiferente cuando ataca las seis cuerdas y te mete de lleno en el torbellino en el cual se convierte su manera de machacar con riff, solos descomunales (en los temas que se alargan en el tiempo parece no querer acabar nunca) o su temple cuando las canciones guardan momentos de calma para que todo se prepare hacia la traca final.
Al Pinell ejerce de segundo guitarra y sustenta los momentos en los que el solista abrasa con todo, y como no podía ser de otra forma en una Música como esta, la sección rítmica se convierte en la antesala de la pesadilla (en clave de maravillosas sensaciones) para los estómagos que no saben aguantar, con los timbales de Joe Battaglia y el bajo de Dale Bedford machacándote sin piedad.
Un disco de gran Hard para disfrutar de lo que esta Música ofrece a través de un grupo que sabía lo que hacía y cómo plasmarlo, otra cosa es esa dosis de la diosa fortuna que tantas veces falta para dar el siguiente paso.

SIDE A:  You're in America;  Bad Talk;  Twilight;  Prayer
SIDE B:  Cleveland, Ohio;  Nightmare;  When you're movin';  Paradise

3 comentarios:

  1. Si lo que se quiere es entrar en un trance de alucinaciones de mil colores, este es el grupo indicado, y para ponerle a prueba a cualquiera, tambíen. Arrollador e irresistible por igual,
    Una GO-ZA-DA!!

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