domingo, 9 de diciembre de 2018

De Vinilos y Otras Glorias MMLXXXIX

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Zauber (Zauber) 1978


Un extraño artefacto aterriza entre nosotros, como esos objetos no identificados que se entrometen en la vida mundana y disturban a quienes se topan con ellos.
"Zauber" es en sí misma una obra que rezuma todo lo que hace que se sienta distinta, especial, extraña o familiar, cercana o ajena a todo lo que tu mente puede suponer. Y es que el disco, que se podría encuadrar en la corriente del Prog. italiano muy tardío, ya en los confines de la década de los setenta y con experimentaciones ajenas a todo lo que fue el estilo en sus comienzos, es una especie de prueba musical de los miembros del grupo, que mezclan de manera más que interesante Pop, Space Rock, Clásica y por descontado ribetes de ideas ajenas a cualquier estilo.
Musicalmente, el disco (para quien pueda aceptarlo y le guste estos desvaríos propios de quienes se atreven con algo distinto) es de mucho nivel porque si algo deja claro su escucha es que los componentes de Zauber saben tocar y mucho, y eso, especialmente en las piezas más clásicas y que beben del Prog. más al uso, se percibe como una ráfaga de Música que llega muy adentro.
Otra cosa es la composición, porque un disco como este siempre vive en el filo de lo imposible, y si bien las ideas son muy originales, es complicado llegar a niveles de progresismo más extremo si la escritura no es sublime, y en eso se quedan un poco cortos.
De hecho, la parte instrumental es de largo lo mejor de la obra, las voces sobran en todo el disco (o es que al que suscribe no le cuadra esa vocecita de Liliana Bodini por encima de cambios y giros instrumentales) sobre todo porque es cuando más se deslizan hacia el Pop "Made in Italy" y eso ya no es lo mismo.
De todas maneras, para los que amamos la Música que se atrevió en el Bel Paese, el disco tiene más luces que sombras, y en los momentos de virtuosismo da gusto escuchar esas acústicas acariciando la piel, o el susurro de los teclados meciéndote.
Claudio Bianco batería, órgano, armónica. Mauro Cavagliato bajo y guitarra clásica. Anna Galliano piano, flauta, glockenspiel. Liliana Bodini voz, guitarra acústica y clásica, percusión. Paolo Clari teclados, guitarra, percusión.

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