domingo, 29 de octubre de 2017

Surcos del Siglo XXI - 278

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Wooden Shjips (Back To Land) 2013


Cuando te enfrentas a un disco que desde la presentación es una demostración de buen gusto (porque la preciosidad que encierra la portada te lleva a otras épocas de delicatessen en los diseños) da igual el horrible color verde derretido del vinilo, ya intuyes que algo va a ir bien.
Si además se trata de una obra de Wooden Shjips, un grupo que desde sus orígenes me hacen ver que lo sencillo puede ser igual de bueno que lo que hacen aquellos que se empeñan en hacer una obra faraónica sin las ideas para ello y se queda en... lo sencillo, pues ya voy animado a recibir un puñado de buenas sensaciones.
Y al final es lo que queda, un buen disco de Rock, cuidado al detalle, donde todo suena bien, cada cosa está en su sitio y además te da la oportunidad de ir poniendo también cosas de las tuyas para que seas parte de lo que seduce.
Buscada a conciencia la voz como un susurro apenas audible, es lo que me puede parecer que no encaja tanto en el conjunto, pero esa melancolía que desprende quizás sea la pieza que el grupo quiere enviar para el choque frontal con los ritmos y las cadencias de un Rock que no por sabido resulta aburrido, sino todo lo contrario.
Voces aparte, el resto es una gozada para cabalgar soñando, despierto, volando o como uno quiera, siguiendo sin esfuerzo el ritmo que impones la batería y el bajo (especialmente éste último que tiene la habilidad de arrastrarte hacia sí si no estás atento) para dejar que las guitarras se vayan desarrollando en cada tema. Una propuesta ya sabida de mil veces, pero que hay que hacer bien para evitar que canse, y Wooden Shjips lo hace de maravilla, gracias a las posibilidades que las guitarras dan cuando intuyes que pueden estar dos minutos o doscientos, y que nunca se esconden, sea cual sea la cadencia que se va imponiendo desde el muro de contención de los ritmos.
Con los teclados ejerciendo de envoltorio perfecto (en algunas ocasiones como ese halo que se intuye al entrar en el lugar donde todo lo humano desaparece) que arropan el desarrollo del tema, poniéndose en ocasiones en la piel de las seis cuerdas con notas mantenidas en suspenso, el conjunto funciona y fluye de una manera fácil, espectacular y preciosa.
Rock de impactos emocionales, que sigue la línea hasta el final, un trayecto sin pausa para disfrutar de lo que siempre será un placer.

SIDE A:  Back to land;  Ruins;  Ghouls;  These shadows
SIDE B:  In the roses;  Other stars;  Servants;  Everybody Knows

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