jueves, 12 de octubre de 2017

Radio Moscow (Kafe Antzokia - Bilbao)

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Tenía muchas ganas de ver en directo a Radio Moscow, pero la verdad es que de no ser por el entusiasmo de mi querida Amiga Mª Paz, las ganas se fueron difuminando al enterarme del lugar donde tocaban.
Los eventos en el Antzokia no dejan de ser atractivos, pero la nefasta y lamentable manera en la que tratan todo lo relacionado con el sonido y el ambiente me han dejado sin más de un concierto de calidad por el nombre de los intérpretes, y ya voy estando muy quemado con estas cosas (ya sé que será la edad y todo eso, pero si no me exijo yo... mal vamos)


Una vez convencido y con las entradas ya conseguidas, sólo me quedaba desear que los planetas se alinearan y que los encargados del sonido y las luces no estuvieran a la altura de los mediocres que van a los conciertos a flipar porque tienen la entrada para enseñarla en las redes sociales.
Otra noticia que no me convencía mucho era el hecho de que hubiera telonero; me parece muy respetable que todos los músicos tengan la oportunidad de girar y tocar para ser conocidos, pero con el nivel musical de este país se suele aceptar de todo, y no muy bueno.
En fin, que como era imposible pensar en librarme del pack completo porque mi compañera de concierto no iba a pasar por ahí, me zambullí de lleno en el mudo del ruido salvaje sin mucha conciencia y como afortunadamente había en la sala una mesa solitaria pegada a la pared, allí que me fui a pegarme a ella y dejar que Kaleidobolt (el grupo telonero de Música stoner) se desahogara y me dejara llegar a lo que había ido.


Una hora después, los 45 minutos del telonero y 15 de cambio equipos, los más o menos 33,5 espectadores que estábamos en la sala (si me paso con el número que me lo digan) nos pusimos a disfrutar de lo que nuestros amigos de Radio Moscow (porque mientras siga siendo un grupo me niego a decir el nombre del maligno) quisieran ofrecernos.
Primera canción, primera andanada directa a los sentidos y ¡¡¡Oh, Sorpresa agradable!!! el sonido me llegaba nítido y puro, como un orgasmo provocado por eso que se llama Música. Además, los dos tíos de la mesa de mezclas nos deleitaron con un juego de luces que ayudaba a la entrada de Parker Griggs y sus secuaces, y me sentí más tranquilo.

No es que se esté permitiendo este músico de técnica arrolladora y gustos exquisitos como base de su Música muchas alegrías a la hora de crear, pero es algo que debe quedar entre él y lo que pretende dar, lo cierto es que tener como la parte más intensa de su concierto los temas de "Brain Cycles" ayudan a sentir que te patean el alma de una manera maravillosa, más aún cuando lo que te rodea es Música de la buena y sensaciones de puro Hard Psycho del nuevo siglo.
A partir de aquí se desarrollaron 75 minutos (no se cansaron mucho ¡¡Vive el cielo!!) de puro fuego, con un desvarío maravillosamente bello por lo salvaje de guitarras setenteras, pasadas por la calidad de un músico que es un portento cuando se trata de agredir su guitarra para, a su vez, asesinarnos a los 33,5 que estábamos allí con lo que nos enviaba.
Especialmente mencionable la calidad y facilidad de entonar riff asesinos mientras canta, una auténtica aberración para muchos vocalistas-guitarristas al uso y que Griggs hace como si no sintiera el esfuerzo, trasmitiendo esa misma facilidad en forma de ritmos enloquecidos y momentos estelares de lo que es la esencia del Rock, los rasgueos de guitarra que no todo el mundo sabe hacer.


Radio Moscow tiene muy claro a qué juega, aunque repita el "Game Plan" una y otra vez, su Rock es la esencia de lo que la Música dicta cuando tus sentidos se ven apabullados por ella, con una sección rítmica al servicio absoluto de un tipo que lo es todo, pero que aprovecha esa poderos sensación de acomodo rítmico para hacer que su guitarra y en menor medida su voz se eleven sobre el escenario donde las luces y los extras le confieren la imagen de un ente salido de la bruma de cualquier amanecer enloquecido tras una noche de pérdida de la realidad.
Esta vez, y espero que sirva de precedente porque me quedan más noches de mitos y recuerdos, el Antzokia (o los tipos que se pusieron a los mandos de la mesa) estuvo a la altura que se espera cuando traes a músicos que son un referente, y Radio Moscow me hizo sentir de nuevo lo que es hacer que lo salvaje se sienta tierno y cercano (a lo cual ayudó y mucho la buena compañía con la que compartí chascarrillos varios)




A Mª Paz, por sentir la Música y transmitirme ese sentimiento

6 comentarios:

  1. NO pude ir, y me hubiera gustado. Te diré, que coincidiendo con el tema del sonido. De un año más o menos a esta parte, el local tras unas reformas a este respecto, ha mejorado mucho este apartado, y últimamente suena mucho mejor. Hoy me voy a ver a Luna, una prueba de fuego para esto que digo.
    Saludos.

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    1. Hola, Addison, un placer como siempre.
      Te hubiera gustado, porque ayudados por el sonido, estuvieron realmente potentes.
      Hoy el que no puede ir a Luna soy yo y lo tenía en la agenda. Desde que comenzaron allá por el 95 soy seguidor suyo, bueno hasta comienzos de siglo, y la verdad es que es una prueba de fuego para el local.
      Saludos,

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    2. Sonó muy muy bien el concierto, se confirma la mejora del sonido del Antzoki, pero el bolo fue un poco caos por culpa de un público increible. Te dejo la reseña con tu permiso.
      http://rockmorebyaddisondewitt.blogspot.com.es/2017/10/concierto-luna-kafe-antzokia-bilbao.html?spref=fb
      Abrazos.

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    3. Escuchar y ver a Radio Moscow fue de auténtico subidón musical, de esos que perduraran en el tiempo, en mi alma y en mi memoria.
      Compartirlo contigo, no podia faltar, algo que lo hizo aún mas especial.
      Vamos, un gustazo!

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    4. Addison me alegro mucho por lo del sonido, porque en días viene alguien muy especial para mí, Ian Hunter, y no me pueden fallar.
      En cuanto a la reseña, te lo agradezco muchísimo y no tienes que pedirme permiso, es un placer para mí.
      Un Abrazo,

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    5. Jane, los gustos compartidos, y más estos, provocan placer mutuo. La buena compañía siempre es seguro de disfrute, y eso nunca voy a dudarlo.
      Un beso,

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