sábado, 8 de junio de 2024



Siempre me sorprendo con los sueños, pero cuando un sueño supera la realidad, me parece que todo mi mundo puede hacer... lo que siento cuando me apetece.

Paseaba por la playa, con las notas de mis maravillosos mitos acariciándome los oídos, esos momentos en los que te pierdes para ser tú, con lo tuyo y lo que te llena el alma, y me encontré con una imagen que me llamó la atención.

No es que me resulte extraño que alguien tome el sol en una playa, obviamente es una situación de lo más lógica y además plausible, a pesar de ser un lugar poco frecuentado y conocido solo por los que sabemos que escondida en una cala entre dunas poca gente va a saber de ella.

Un cuerpo se encontraba tumbado, a unos cuatro metros del agua que amenazaba con acariciarle los pies, desnudo y con el Astro Rey paseando libremente por su piel, pero un detalle llamó mi atención porque parecía que desentonaba en todo lo mundano de la escena, en esa pintura que tantas veces te haces cuando sales a disfrutar de lo que es perderte con tu Música, tus ídolos y la naturaleza por encima, muy por encima, de ti.

Acercándome sin apenas hacerme sentir (debo decir que el cuerpo del ser humano que se encontraba en el lugar no hubiera sentido jamás mi presencia) me di cuenta de un detalle que no me hubiera imaginado ni por mucha (y la tengo) imaginación que le hubiera echado al asunto.

En su pecho descansaba un precioso círculo de negro vinilo, que intuí que el mismo ser que tomaba el sol había dejado a conciencia para estar unido a su piel. Dando por hecho que los rayos del sol apretaban y mucho, cuando la mágica experiencia de "Something" atravesaba mi mente, imaginé que el calor, junto al material de lo que están hechos estos maravillosos dadores de placer sensorial, tendrían a no mucho tardar un efecto físico (en lo mental ya estaba yo puesto como un salvaje lanzado a por el tesoro encontrado en una selva perdida en el fin del mundo) sobre el pecho de quien lo sustentaba.

Me senté tranquilo, a pocos metros de la escena, dejando que la Música siguiera acariciándome, llevándome en volandas, y poco a poco fui testigo de una escena que me hizo sentir ajeno a este mundo.

El sol seguía haciendo su trabajo de manera perfecta, el agua se acercaba poco a poco buscando la piel que descansaba en la arena, y el vinilo comenzaba a tomar forma con el lugar que lo sustentaba, un pecho con una respiración lenta, pausada, casi inapreciable, derritiéndose al calor y llenando el "recipiente" que parecía estar esperándole.

Dejé de sorprenderme y seguí disfrutando de la escena. Hace mucho que la Magia de mi Música es capaz de hacerme sentir cosas que no están en este mundo, y en las que me encuentro tan bien que me llevan hasta donde mi mete y mi alma quieren, por eso seguí con las notas en mis sentidos, al calor de un majestuoso Blues arrancado de las entrañas de los ancestros por el gran E.C. embelesado con lo que sucedía ante mis ojos.

El vinilo fue desapareciendo hasta perderse en el interior del cuerpo desnudo, y poco a poco una Música mística, con la Magia de lo eterno, comenzó a salir de cada poro de la piel que lo había asumido, elevándose desde la playa hasta conseguir ese grado de ingravidez que a veces, también yo, siento cuando estoy con ella. Apagué de mis oídos los sonidos que traía desde el inicio del paseo, y me dejé embaucar por lo que llenaba el ambiente, el universo, el sol, la playa y el mar.

Las olas se mecían al son de una guitarra que no paraba de arrancar notas en un solo eterno, el sol se movía según marcaban los golpes de una sección rítmica que parecía enseñarte el camino del infinito, y el cuerpo ingrávido parecía la puerta a un concierto donde todos los que conocíamos esos temas de siempre nos apiñábamos para saborear y sentir... sentirlo todo.

Poco a poco el sol fue cayendo en la línea perfecta que marca el horizonte, el cuerpo se adentró en las olas y se hundió en una visión extrema del placer, y de nuevo las notas de los temas que estaba escuchando volvieron a mis sentidos con el poderoso rasgar de un riff eterno brutalmente atacado por mi querido Joe Walsh para dejarme de nuevo en la realidad en la que me encontraba.


¡¡Explicar la Música es como explicar el silencio!!



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