viernes, 29 de septiembre de 2017

Progresivo, Una Aventura Sin Límites XI

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


DESDE LAS ENTRAÑAS II

Por supuesto nunca he ido solo en este viaje, de hecho no sería nada lo que la Música ha marcado, marca y marcará en mi vida sin los seres que desde su amor hacia mi persona y por supuesto los que aman la Música y decidieron acogerme como ese aprendiz de brujo con el cual compartir sus pócimas mágicas comenzaron a creer en lo que a su vez yo creía y me metieron de lleno en un mundo fascinante, mágico y único, a sabiendas o no me resulta de todo punto indiferente.
De igual manera que ahora mis ojos brillan cuando una melodía se mete en mi alma esos mismos ojos debieron delatarme desde los primeros instantes en los cuales escuchaba estas melodías u oía a quienes más y mejor sabían de esto, es por ello que no puedo olvidar (y por aquello de ser algo escrito para lo que creo y amo dejo constancia) que en el silencio de mis primeros tiempos alguien sin sabiduría musical ni interés por los sonidos abrió sin saberlo pero deseándolo mi mente un poco más con los primeros discos regalados de esta maravilla llamada Prog., un personaje al que debo haber acariciado por primera vez joyas del calibre de King Crimson, JethroTull… mi padre, un personaje único y como la Música que me apasiona fuera de tiempo, un ser que sabía ver detrás de mis ojos y leer a través de mis silencios, observando mi rostro de adolescente embobado por lo que me traía.


Primigenios momentos con joyas y artistas a los que no valoraba lo que debía pero que me decían algo “distinto” a pesar de no saber traducir de qué se trataba hasta llegar al encuentro con el primer dibujo animado que llegó a mi vida, una ficción tan real como la imaginación que destilaba, el primer contacto en el universo más allá de la realidad de la mano de Goyo, mentor y maestro desde la niñez a la huida volando libre cuando el destino comenzó a marcar mis pasos. Goyo y su mundo, la Música y el espacio que me dedicaba y entre él, mis deseos y los sonidos el Prog. tomado de manera pausada, tranquila, con la calma y la serenidad que se precisa para aprender, entrar y moverse por este universo de estrellas inexistentes, juglares que cuentan historias y mundos oníricos que cada uno crea como quiere; en esto Goyo era un pionero, un grano de arena difícil de encontrar en la inmensidad de la nada en la cual nos movíamos y gracias a él lo que era habitual pero yo no veía comenzó a mostrarse ante mis ojos y en esa primera década hubo poco pero intenso y después… el adiós y la búsqueda solitaria.

Poco a poco en la soledad de los años siguientes comenzaban a llegar a mí grupos y artistas que fueron abriéndome un poco más la mente y en ese caminar aún lento por los senderos del Prog. mi alma se dio de bruces con personajes que consiguieron que ocurrieran cosas en mi persona. 
La primera y más importante abrir el espectro del conocimiento en nombres y señas de una manera infinita en comparación con lo que yo podía saber, adentrándome dentro del Prog. al margen de los grandes y no tan grandes del universo de las Islas en un pequeño núcleo de artistas y autores que me fueron enamorando poco a poco, el Prog. italiano y sus sonidos. En segundo lugar y por encima de todo me hicieron conectar de manera definitiva y constante con quienes a lo largo de más de una década han sido los valedores de este sueño llamado Música y dentro de él esta Música para soñar, me hizo soñar despierto al conocer el universo de Discos Melocotón y sus dos personajes de cuento, Pablo y Eduardo. Todo lo que parecía imposible impreso en las páginas del libro se iba convirtiendo en real a través de las manos y el espacio en el cual entraba sintiéndome distinto, y fueron apareciendo en mi vida nombres e iconos que han dado un salto de calidad a lo que mi mente esperaba, primero con pequeñas listas escritas en papeles de notas que llevaban en sus palabras el miedo por no saber, poco después en conversaciones eternas que me llevaban hasta el Olimpo de esos dioses que me hacen ser.


Comus, Cressida, Catapilla, Edgar Broughton Band, MellowCandle, Arzachel, Bakerloo, Fairfield Parlour, Hawkwind, Jade Warrior… y ese larguísimo etcétera que aún hoy se estira y estira hasta el infinito. El reinicio de la aventura, asentamiento de ideas, creencias y sobre todo la capacidad para creer, crear y vivir dentro de la Música de una manera distinta; el Prog. me ha dado la posibilidad de pensar, buscar y escudriñar el porqué de los sonidos, a veces lo necesito y en ocasiones sólo escuchar y dejarme acariciar es suficiente, pero al menos la posibilidad para hacerlo existe y son mi mente y mi alma las que eligen, un lujo llegado a mí a través de estos seres que he nombrado y a los que no podré pagar nunca todo lo que me han dado.
También me ha provocado conocer el Prog. (y esta es una mención aparte para ese cerebro privilegiado que en lo humano atiende por el nombre de Pablo) a adentrarme en universos más radicales y profundos, como el Rock Japonés, el Krautrock de ideología extrema y alguna que otra lindeza que no puedo describir… pero eso realmente es otra historia.

El Prog. ha sido, es y será en mi vida una aventura apasionante, parte de eso que me lleva y me hace ser llamado Música, pero una parte que me hace vibrar de una manera distinta a lo que otros sonidos consiguen, ni mejor, ni peor, ni todo lo contrario, distinta y fascinante, por eso me he atrevido a escribir sobre él y lo que en mi espíritu provoca.

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