Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido
No era tan difícil, al menos lo que suponía que la Magia nos inundara en la pequeña habitación con la litera donde éramos los reyes del Universo. Simplemente había que acariciar el negro vinilo al sacarlo de su funda, recorrer con los dedos su circunferencia (eso era algo mío porque me daba un placer inimaginable) y colocarlo en mi querido plato para que girara, y girara, y girara, y los ojos se quedaran agarrados a esa imagen. Luego, cuando volvía en mí, los dos dedos que levantaban levemente el brazo con la aguja de diamante para que se obrara el milagro y las notas nos inundara, nos poseyeran, nos hicieran seres al margen de todo.
Lo difícil comenzaba en ese momento, cuando los genios venían a visitarnos a un pequeño habitáculo donde mis sueños eran míos pero que en esos momentos, en las horas posteriores, compartía con quienes nos poníamos el mundo por montera y la imaginación como guía de nuestras vidas.
Una guitarra, o dos, o las que quisiesen los labradores de esas canciones que desde la piedra de los ancestros recorrían décadas de soledad para sentarse a nuestro lado y dedicarnos sus emociones como las sentían y éramos capaces de sentirlas. Y así uno tras otro, los temas desgranaban la tarde, con una cerveza en la mano, recostados en la pared donde se pegaba la vieja litera y haciendo de esa banda única y mágica que sin instrumentos sonaba hasta donde los dioses querían escuchar el sentido de nuestras almas.
¡¡¡ Explicar la Música es como explicar el Silencio !!!

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